XVII
La estilización de la música española
de danza. Albéniz, Ernesto Halfter,
Turina, De Falla
El tema de las danzas y los bailes sobre el cual ya he
hablado, será ahora objeto de nuevos comentarios. Antes de abordar los
antiguos aires de danzas que sirvieron para la elaboración de la suite
en varios países de Europa, conviene conocer un poco mejor algunos bailes
y danzas que nos son más familiares por ser música más reciente. De
toda la producción europea de este género que aquí conocemos, ninguna
nos resulta tan comprensible a nosotros los hispanoamericanos, como
la música popular española. Voy, pues, a ofrecer algunos ejemplos del
magnífico partido que, desde el punto de vista artístico, han sabido
sacarle los compositores españoles a las danzas típicas de su patria.
Desde tiempo inmemorial posee España un riquísimo repertorio
de cantos y de danzas populares. Puede decirse que, hasta fines del
siglo XIX, este tesoro yacía inexplotado. Hoy, afortunadamente, los
compositores españoles se han puesto a trabajar sobre esa música popular,
sobre esa gran abundancia de cantos y danzas hispánicas, cuya riqueza
y variedad tal vez no tiene parangón en ningún otro país de Europa.
En efecto, cada región o provincia de España es un semillero de cantos
y de danzas de estilo propio, peculiarísimo. La mayoría habrá oído hablar
seguramente de la sardana catalana, la seguidilla murciana, la jota
aragonesa, navarra o castellana, el aurresku vasco, las peteneras, polos,
boleras, fandangos, malagueñas, etc., así como de aquella extraña música
conocida con el nombre de cante jondo, proveniente de la región andaluza.
Tan grande es la variedad de estilos y formas de la música popular española,
que bien puede afirmarse que en España no existe en realidad una música
propiamente nacional, sino músicas regionales, profundamente diferentes
unas de otras, según la provincia a que pertenezcan. Una ronda de Galicia,
por ejemplo, con su sabor arcaico y pastoril, pertenece a un mundo completamente
diferente al de los flamencos de Andalucía, en los que se trasluce la
influencia de la música árabe, o al mundo de los zorcicos vascos, nerviosos
y ágiles. Esta infinita variedad de músicas es tal que bien puede compararse
la Península Ibérica, dice un escritor, a una suntuosa paleta de pintor,
en la cual cada provincia representa un color, un tono, con sus infinitos
derivados.[1]
El primero en hacer de la música de España una música viva,
artísticamente tratada, fue el compositor catalán Isaac Albéniz. El
caso de este gran músico es tanto más extraordinario cuanto que Albéniz
fue siempre un tipo bohemio, que pasó casi toda su vida viajando y apenas
vivió en España. Desde la edad de seis años en que el “niño Albéniz”
empezó a alcanzar fama en el mundo como pianista, hasta su muerte, acaecida
en 1909, casi no se detuvo este gran compositor, por un periodo largo
en ninguna parte, ni siquiera como digo, en su tierra natal. La obra
musical de Albéniz es, sin embargo, netamente española, a la vez que
muy personal, muy original. Casi todos los grandes pianistas de hoy
día incluyen en su repertorio muchas piezas de Albéniz, las cuales,
por cierto, son a menudo muy difíciles de ejecutar. Una de estas piezas
es la titulada Seguidillas. La seguidilla es una danza andaluza
muy antigua. Es tal vez la danza más popular de aquella pintoresca provincia
española. Las seguidillas, como muchas otras danzas, se cantan a la
vez que se danzan. Por lo general se acompañan con castañuelas y guitarra.
La pieza de Albéniz que he mencionado es una fina realización pianística
de esta danza popular.

Isaac Albéniz, pianista y compositor español
(Camprodon, 1860 - Cambó-Les Bains, Francia, 1909)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Seguidillas, de Isaac Albéniz.
De todas las piezas de Albéniz he escogido estas Seguidillas porque aquí los ritmos y demás características de esta danza popular
han sido llevados al piano de la manera más sencilla que pueda imaginarse.
En efecto, esta danza está presentada en su forma genuina, casi como
si se tratara de una simple transcripción de la música original, tal
como se encuentra en el pueblo. De manera muy diferente pueden ser tratados
los ritmos y las melodías de las danzas cuando un compositor se propone
hacer una obra más refinada, valiéndose de tales elementos populares.
El trabajo de estilización de lo popular llevado a cabo por los más
destacados compositores españoles contemporáneos, ha dado por resultado
la creación de algunas piezas musicales de un gran valor artístico.
La Danza de la Pastora, del joven compositor Ernesto Halfter,
es una de estas piezas modernas para piano en las cuales puede apreciarse
mejor el trabajo de estilización a que me refiero. La Danza de la
Pastora, de Halfter, no es, en efecto, un aire de danza popular
como las Seguidillas de Albéniz; es una pieza de forma o estructura
especial —algo así como una sonatina— construida íntegramente con elementos
musicales tomados de aires de danzas populares de España. El conjunto
resulta de gran originalidad y también, pianísticamente, está pieza,
no obstante su aparente sencillez, es de un gran interés.

Ernesto Halffter, compositor y director español
(Madrid, 1905 - Madrid 1989)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Danza de la Pastora, de Ernesto Halfter.
El maestro de Ernesto Halfter fue Manuel de Falla, el más
grande de los músicos españoles contemporáneos, pero antes de hablar
de este compositor, quiero referirme a una interesante danza de Joaquín
Turina, otro afamado músico español contemporáneo. Esta danza titulada Orgía, ha sido calificada por el mismo Turina de danza fantástica.
Una gran diferencia existe entre la manera cómo utiliza Halfter los
aires de danza y la manera de proceder de Turina en esta composición
orquestal. Turina busca ante todo dar una impresión de color. Con la
riqueza de timbres de su instrumentación evoca el ambiente pintoresco
de España y de sus extraordinarias danzas, de la misma manera como lo
haría un pintor que se propusiera llevar al lienzo el aspecto visual
de las danzas. Algo parecido vamos a encontrar luego en las danzas de
Manuel de Falla.

Joaquín Turina, pianista y compositor español
(Seilla, 1882 - Madrid, 1949)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Orgía, danza fantástica, de Joaquín Turina.
Pasemos ahora a Manuel de Falla, el más genial representante
del movimiento musical indigenista que comenzó en la Península Ibérica
a fines del siglo XIX. Falla ha proclamado que “los elementos esenciales
de la música, las fuentes de inspiración se hallan en todos y cada uno
de los pueblos, y que hay que beber en esas fuentes naturales las sonoridades,
el ritmo, para utilizarlos en su substancia”. Este criterio lo ha aplicado
magistralmente Falla en todas sus composiciones, tanto en sus obras
teatrales y sinfónicas como en su música para canto o para piano. Es
el alma misma de Andalucía lo que se siente palpitar incesantemente
en las obras de este gran andaluz; el alma de esa vieja y maravillosa
provincia española, tan pintoresca y tan rebosante de música. Son, pues,
los ritmos, modalidades y cadencias de esta música los que ha sabido
utilizar Falla en toda su producción musical. Lo que él ha realizado
constituye una verdadera recreación del genio inventivo y de la emoción
populares. Es así cómo Falla logra evocar musicalmente los más delicados
matices, los más hondos secretos de la emoción española y en particular
del alma andaluza con una fuerza y a la vez una sencillez de efectos
singulares.
Todo esto puede comprobarse mediante la audición de dos
de las más célebres danzas de Manuel de Falla: la danza final de El
sombrero de tres picos y la danza de La vida breve. El
sombrero de tres picos es una pantomima, una especie de farsa mímica,
basada en una novela del conocido escritor del siglo XIX, Pedro Antonio
de Alarcón, novela picaresca de costumbres andaluzas. En dicha danza,
que es el número final de esa graciosa pantomima, Falla ha utilizado
el ritmo y las modalidades típicas andaluzas. La instrumentación es
de una riqueza y de un colorido extraordinarios. El humilde aire de
danza popular le ha servido de pretexto a Falla para escribir una verdadera
página sinfónica de un vigor y de una alegría netamente españoles.

Manuel de Falla, compositor español
(Cádiz, 1876 - Altagracia, Argentina, 1946)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Danza final de El sombrero de tres picos,
de Manuel de Falla.
La otra danza de Falla a que me refiero es la que figura
en el drama lírico en dos actos, titulado La vida breve. Es una
de las piezas más célebres de este compositor.

Manuel de Falla, compositor español
(Cádiz, 1876 - Altagracia, Argentina, 1946)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Danza de La vida breve, de Manuel de Falla.
Notas
del Editor
Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este
trabajo no están indicadas en los originales.
1.- Enciclopedia Lavignac. T. 4, pág. 2.353. [Regresar]
Al utilizar parte de este material se agradece citar la
siguiente fuente:
Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos.
Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista
Plaza, Caracas, 2004 |