XL
El folklore en la música moderna, especialmente en España [1]
Entre los numerosos factores que han contribuido a imprimirle
un sello característico a la música moderna, debemos mencionar
como uno de los más importantes la intervención de los
cantos y danzas populares. Sin el aporte de este elemento folklórico
no habría sido posible la creación de las numerosas escuelas
nacionales que hemos visto desarrollarse en casi todos los países,
tanto del viejo como del nuevo continente. Resulta imposible darse cuenta
de toda la riqueza y variedad de expresiones que ofrece el arte musical
en nuestro tiempo, si no prestamos atención a este factor, que
es tan importante como todos los que hasta ahora hemos venido examinando
al comentar la música moderna, en lo que ésta tiene de
más original y característico.
A los músicos venezolanos ha de interesarles particularmente
el estudio de este aspecto folklorístico que ofrece una buena
parte de la producción contemporánea. Es mucho lo que
necesitamos aprender sobre el partido artístico que puede sacársela
a los humildes cantos vernáculos. Conociendo bien nuestros ritmos
populares, nuestros típicos cantares, nuestros instrumentos,
nuestras danzas, podríamos tal vez llegar, algún día,
a ingresar dignamente, en la gran corriente musical de nuestra época,
mediante el aporte de algunas obras originales y de verdadero mérito artístico [2]. Nos sirven de ejemplo
la producción de algunos grandes maestros contemporáneos
y muy especialmente la de los compositores españoles de las primeras
décadas del siglo XX: Manuel de Falla, Joaquín Turina,
Oscar Esplá, Ernesto Halfter, Joaquín Nin y tantos otros
que podríamos citar. Lo que más sorprende y lo que más
agrada también de toda esta producción hispánica
es la seriedad y el amor con que han trabajado esos compositores en
la estructuración de una música noble, elevada, basada
en lo más típico y castizo que ofrece el alma musical
de la vieja España. Comparativamente, nuestras canciones y aires
de danza, por su variedad y caracteres típicos, no han de resultar
inferiores en calidad a las creaciones populares de tantos otros países
que han sabido mantener intacto el tesoro de sus tradiciones artísticas
y culturales. Confiamos en que el movimiento renovador y, el despertar
de nobles actividades que en estos últimos tiempos viene observándose
entre nosotros, no tardará en producir fecundos resultados en
el campo musical y artístico.
Ya que hemos mencionado a España como productora
excelente de música moderna basada en el folklore nacional, creemos
que será oportuno dedicarnos a hacer algunos comentarios sobre
dicha producción musical hispánica, acompañándolos,
como de costumbre, de sus correspondientes ilustraciones. Daremos algunos
ejemplos de canciones, luego presentaremos una composición para
piano y, por último una interesante obra orquestal. Partiendo
así, de lo más sencillo, hasta llegar a la rapsodia sinfónica
que comentaremos en último término, podremos darnos cuenta
de la manera tan artística como han sabido algunos compositores
españoles sacarle partido a todos los múltiples elementos
que encierran los cantos y aires de danzas peninsulares. Este proceso
de depuración y estilización no es nada fácil.
Muchos compositores corren el riesgo de caer en la expresión
artificiosa o en la pedantería cuando, con evidente mal gusto,
se esfuerzan por revestir con hábitos desproporcionados o demasiado
lujosos las sencillas melodías que han brotado del alma popular
con toda ingenuidad. Manuel de Falla, el más genial de los compositores
españoles contemporáneos, ha tenido precisamente el mérito
de penetrar en lo más hondo del alma de la España musical
y, por lo tanto, nadie como él ha sabido dignificar con tan justos
matices y tan fino sentido artístico, los cantares y los ritmos
de su patria. El primer ejemplo magnífico que de ello podemos
ofrecer, lo hallamos en sus famosas Siete canciones españolas.
La armonización de estas sencillas canciones su acompañamiento
pianístico, le comunica a cada una de estas típicas
melodías una intensidad de expresión muy pocas veces lograda
por otros compositores en este género de canciones de tipo folklórico.
He aquí, pues, un modelo de estilización bien entendida.
Oigamos tres de dichas canciones. La primera será la Nana
o Canción de Cuna, que es una de las más conocidas.

Manuel de Falla, compositor español
(Cádiz, 1876 - Altagracia, Argentina, 1946)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Nana de las Siete Canciones Españolas,
de Manuel de Falla.
El paño moruno es la otra canción
de Manuel de Falla que sugiero escuchar ahora, La letra es muy ocurrente,
dice así:
Al paño fino en la tienda
una mancha le cayó;
por menos precio se vende,
porque perdió su valor.

Manuel de Falla, compositor español
(Cádiz, 1876 - Altagracia, Argentina, 1946)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
El paño moruno de las Siete
Canciones Españolas, de Manuel de Falla.
En seguida oigamos otra de las Siete canciones españolas del mismo compositor; la intitulada: Seguidilla murciana,
cuya letra no es más que una serie de sentencias o refranes populares.
Dice así:
Cualquiera que el tejado
Tenga de vidrio,
No debe tirar piedras
Al del vecino.
Arrieros semos;
Puede que en el camino
Nos encontremos!

Manuel de Falla, compositor español
(Cádiz, 1876 - Altagracia, Argentina, 1946)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
El paño moruno de las Siete
Canciones Españolas, de Manuel de Falla.
Pasemos ahora a la música para piano. La Andaluza,
también de Manuel de Falla, implica, evidentemente, un trabajo
de composición y de estilización mucho más avanzado
y complejo que el de las anteriores canciones. La indicación
expresiva y de movimiento que ha puesto el autor al comienzo de esta
pieza especifica: Vivo (muy ritmado y con un sentimiento salvaje). Al
examinar la obra, comprendemos claramente que no se trata aquí
de la vulgar transcripción de algún aire de danza andaluz,
sino de una interpretación musical muy acertada de ciertos rasgos
típicos del alma andaluza. El compositor, usando los elementos
característicos que le brinda la música de aquella su
región natal, ha extraído de ellos, por decirlo así,
toda su sustancia, para luego verterlos en una creación quinta-esenciada,
a la vez que muy personal. Se trata, como se ve, de un extraño
proceso de alquimia espiritual, proceso que muy difícilmente
llegamos a explicarnos, pero cuyo resultado artístico es indiscutiblemente
hermoso. Escuchemos, tratando de penetrar en su sentido íntimo,
esta estupenda evocación pianística del alma andaluza,
realizada por Manuel de Falla.

Manuel de Falla, compositor español
(Cádiz, 1876 - Altagracia, Argentina, 1946)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Andaluza, de Manuel de Falla.
Entre las obras más recientes de la producción
musical española se cuenta la Rapsodia Sinfónica,
de Joaquín Turina. Es una obra de forma bastante moderna y, sobre
todo, muy rica de color. Esta policromía depende, en gran parte,
de la manera tan brillante como ha sido orquestada. El compositor, como
en muchas otras obras del moderno repertorio, emplea en su orquesta
el piano no siempre en calidad de instrumento solista, sino como un
elemento integrante del conjunto instrumental, contribuyendo con ello
a producir muy especialmente ciertos curiosos efectos de percusión.
Por su forma libre, esta obra de Turina participa hasta cierto punto
del género del poema sinfónico o de la masa evocativa,
aun cuando ningún programa literario o pictórico vaya
expresamente implicado en la concepción de la obra. También
aquí, como es lógico suponer, el material es íntegramente
de índole folklorístico. Pero, en honor a la verdad, la
España que nos canta esta rapsodia carece de la profundidad sentimental
que se advierte en las breves composiciones de Manuel de Falla, mencionadas
anteriormente. En Joaquín Turina pesa a veces demasiado la influencia
del impresionismo francés o la de los grandes maestros rusos
del siglo XIX, cuyo colorismo orquestal resulta verdaderamente avasallador.
Con todo, la Rapsodia Sinfónica, de Turina, revela, no
sólo el grado de madurez a que ha llegado este notable compositor
sevillano, sino también y esto nos interesa advertirlo
muy especialmente el magnífico partido artístico
que puede seguírsele sacando a los más humildes cantares
de un pueblo eminentemente musical, como ha sido siempre España.
Ya en una forma, ya en otra, lo importante es que haya siempre artistas
que sepan recoger el tesoro de las tradiciones patrias para convertirlo
en obra de arte perdurable.

Joaquín Turina, pianista y compositor español
(Seilla, 1882 - Madrid, 1949)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Rapsodia Sinfónica, de Joaquín
Turina.
Notas
del Editor
Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este
trabajo no están indicadas en los originales.
1.- Debe tomarse en cuenta que Plaza redactó
este texto en 1939-40, por lo que su concepto de música actual,
moderna y/o contemporánea se circunscribe a las últimas
décadas del siglo XIX y las primeras cuatro del siglo XX. [Regresar]
2.- Desde
algo más de una década antes de que Plaza escribiera esto,
ya germinaba en Caracas una importante corriente nacionalista venezolana.
Entre los principales compositores de aquella primera generación
se encontraban Juan Bautista Plaza, Vicente Emilio Sojo, José
Antonio Calcaño, Moisés Moleiro, Juan Vicente Lecuna y
otros más. Menos de una década después de este
escrito surgió otra importante generación, entre los que
destacaron Antonio Estévez, Ángel Sauce, Evencio Castellanos,
Antonio Lauro, Inocente Carreño, Gonzalo Castellanos y muchos
otros. [Regresar]
Al utilizar parte de este material se agradece citar la
siguiente fuente:
Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos.
Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista
Plaza, Caracas, 2004 |