XLV
Música de Navidad. Los aguinaldos venezolanos
La conmemoración del nacimiento de Cristo ha constituido
en todos los tiempos un feliz motivo de inspiración para los
músicos. Ha sido tratado este tema tradicional de, muy diversas
maneras. Por una parte, hallamos las composiciones de estilo noble,
entre las que se destacan los llamados Oratorios de Navidad y, por otra,
una infinidad de obras de carácter popular, tales como villancicos,
aguinaldos, etc. Entre los Oratorios de Navidad, compuestos por grandes
músicos, los hay que se han hecho particularmente célebres,
tales como el de Bach, que es espléndido; el de Berlioz, titulado La infancia de Cristo, o el más moderno, de don Lorenzo
Perosi, La Navidad del Redentor. Todas estas obras son, como
decíamos, de un estilo muy puro, muy elevado. Su ejecución
presenta no pocas dificultades, pues por lo común interviene
en ésta, además de la orquesta y los solistas, un coro
numeroso de voces mixtas.
Vamos a comentar especialmente la Sinfonía
Pastoral del oratorio El Mesías, de Haendel. Este
celebérrimo oratorio del gran compositor alemán contemporáneo
de Bach, consta de tres partes. La primera se refiere al advenimiento
de Cristo. La breve introducción instrumental que precede a esta
parte primera es la que sugerimos oír en seguida. Es un trozo
musical muy plácido, muy sereno y de un ambiente verdaderamente
pastoril.

George Friedrich Händel, compositor alemán
(Halle, 1685 - Londres, 1759)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Sinfonía Pastoral de El
Mesías, de George Friedrich Haendel.
Las composiciones de este género, aunque se inspiran
en un asunto religioso, no están, sin embargo, destinadas a ser
ejecutadas en las iglesias. Son obras independientes, que nada tienen
que ver con el culto ni la liturgia eclesiástica. Para su servicio,
dispone la Iglesia de otro género de música muy distinta,
compuesta siempre como es de rigor, sobre textos latinos. Entre estas
composiciones de índole propiamente litúrgico, las hay
que son de estilo sencillo, en tanto que otras son de compleja arquitectura
polifónica. Muchos motetes de los grandes polifonistas del siglo
XVI constituyen hermosas interpretaciones musicales de textos litúrgicos
relativos a la fiesta de Navidad. En cuanto a las melodías de
estilo sencillo, casi popular, que también forman parte, como
dijimos, del repertorio eclesiástico, ninguna se ha hecho tan
famosa como la melodía, atribuida a Haendel, sobre las palabras: Adeste fideles. Es éste, ciertamente, el cántico
de Navidad más difundido en todo el mundo. Puede decirse que
en la noche de Navidad, no hay iglesia donde no se cante.
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Adeste fideles, anónimo inglés
del siglo XVIII, atribuido por algunos a Haendel.
Muchos grandes organistas han compuesto también paráfrasis
sobre diferentes cánticos de Navidad. Este repertorio es también
muy interesante. Pero ahora nos limitamos a mencionarlo.
Junto a estas dos categorías de música navideña,
existe otra no menos interesante: la de las canciones populares de tipo
villancico. En todos los países hallamos fuertemente
arraigada la costumbre tradicional de cantarle al Niño-Dios cánticos
especiales de carácter eminentemente popular. El pueblo, sobre
todo el nuestro, se toma toda clase de libertades en tiempo de Navidad.
Durante los días que preceden al 25 de diciembre, con ocasión
de las misas de gallo, invade las iglesias, llevando consigo furrucos
y maracas, como acompasamiento obligado de nuestros clásicos
aguinaldos. Esta costumbre nos viene de España. Un maestro peninsular
de fines del siglo XVII nos ha dejado, en un villancico, la siguiente
lista de instrumentos que solían figurar en las misas navideñas
de aquellos lejanos días:
guitarras, panderos, sonajas,
castañuelas, timbales, trompetas,
chirimías, violas y gaitas...
Toda una orquesta, pues, de las más bulliciosas que
podamos imaginar. Esta alegría jacarandosa del alma española
es la que hemos heredado nosotros y la que se traduce en nuestros criollos
aguinaldos pascuales. Sólo que hoy día estas costumbres
van pasando de moda y cada año se nota menos entusiasmo popular
en la celebración de nuestras fiestas tradicionales.
Cada país tiene, como decíamos, su manera
típica de cantar aguinaldos. Los franceses tienen sus Noëls,
cuya música, en muchos de ellos, es bastante delicada y de sabor
arcaico. Los ingleses y los alemanes prefieren la canción de
estilo coral, de movimiento algo lento y de expresión sentimental.
Es el caso de la célebre canción O Tannenbaum que
todos los niños alemanes acostumbran ¿acostumbrarán
todavía? cantar alrededor del arbolito de Navidad. Una
gran diferencia existe entre estas canciones y los villancicos españoles
o sus herederos, los aguinaldos venezolanos. Estos son, como todos sabemos,
de una alegría franca, ingenua, verdaderamente popular, El aguinaldo
venezolano exagera aún más esta alegría, su expresión
llega a ser a veces bastante profana, a lo cual contribuye muy especialmente
la índole de los instrumentos acompañantes.
Entre todas las manifestaciones de nuestra música
típica, el aguinaldo representa uno de los géneros de
composición venezolana más originales y más dignos
de ser conservados. [1]

Vicente Emilio Sojo, compositor venezolano
(Guarite 1887 - Caracas, 1974)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Aguinaldos venezolanos
recopilados y armonizados por Vicente Emilio Sojo a partir de 1938.
Oigamos ahora el villancico A Belén, pastores,
cuya letra es tan popular en España como entre nosotros. Multitud
de compositores le han puesto música a estos ingenuos versos.
Con el mismo título de A Belén, pastores, existe
en Venezuela un aguinaldo muy popular, cuya melodía ha sido transcrita
por el historiador don Ramón de la Plaza y publicada en el apéndice
musical de su obra Ensayos sobre el Arte en Venezuela, editada
en Caracas en 1883. La música del villancico español a
que nos referimos es del compositor R. Molera. Tiene acompañamiento
de órgano, pequeña orquesta y castañuelas.
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
A Belén, pastores, de R. Molera.
En algunos villancicos españoles de Navidad es de
notar el curioso parecido que tienen con el estilo de nuestros aguinaldos
criollos.
Un tipo de villancico netamente español, es el titulado Ha nacido Dios. Es un verdadero aire de danza popular, por el
estilo de los muchos que abundan en las regiones meridionales de España.
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Ha nacido Dios, villancico popular español.
Para concluir, podemos escuchar una curiosa canción
de Navidad indoamericana. No nos ha sido posible precisar la proveniencia
de esta obra. El rótulo del disco que utilizamos, dice así: Ya viene el Niñito. Tradicional tono del Niño (arreglo
de G. Garzón) Pibes Trujillo, con acompañamiento de guitarras.
Lo curioso de este tono es que tiene un marcado sabor indígena.
La melodía pudiera ser de origen indoperuano; presenta, en todo
caso, ciertos caracteres típicos que sólo se encuentran
en las melodías de los aborígenes americanos. Por ciertas
peculiaridades de su acompañamiento instrumental, se diría,
en cambio, que este tono nos viene de Cuba o Centroamérica. Comoquiera
que sea, lo consideramos como un tipo de villancico o canción
de Navidad muy original.
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Ya viene el Niñito, tradicional tono del
Niño. Pibes Trujillo. Arreglo de G. Garzón.
Notas
del Editor
Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este
trabajo no están indicadas en los originales.
1.- Cuando Plaza escribió este texto, no existían
grabaciones discográficas de los aguinaldos venezolano, hecho
que lamentó con las siguientes palabras: "No nos ha sido
posible conseguir grabaciones fonográficas de aguinaldos venezolanos.
Es una lástima que no exista un buen repertorio de discos en
los que se conserven nuestros aguinaldos más populares... No
pudiendo, pues, por el momento ofrecer ninguno de esos aguinaldos criollos,
nos limitaremos a comentar algunos sencillos villancicos españoles".
Los primeros trabajos sistemáticos de recopilación
de aguinaldos venezolanos los realizó Vicente Emilio Sojo a partir
de 1938, armonizando las melodías y arreglándolas en versión
para canto y piano que fueron interpretadas a partir de ese mismo año
por el Orfeón Universitario. La publicación de las partituras
tuvo lugar en 1945 y 1946 y los primeros discos se realizaron en la
década de 1950. [Regresar]
Al utilizar parte de este material se agradece citar la
siguiente fuente:
Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos.
Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista
Plaza, Caracas, 2004 |