II
LA MÚSICA EN LA ANTIGUA GRECIA
Fuentes
para su estudio
Leyendas mitológicas sobre
la música
Instrumentos
Sistema musical: escalas y
modos
Rítmica
Notación musical
Los géneros de composición
y su desarrollo histórico
Teóricos y filósofos
Juegos y concursos
Fuentes
para su estudio
Son de tres clases: obras musicales, obras teóricas
y filosóficas y monumentos figurados. De las obras musicales griegas
tan sólo se conocen unos diez fragmentos en notación alfabética, entre
los cuales figuran dos Himnos Délficos a Apolo y parte de un coro de
la tragedia “Orestes” de Eurípides. Las principales obras teóricas que
han llegado hasta nosotros son las de Aristóteles, Aristógeno de Tarento,
Tolomeo, Arístides Quintiliano y Gaudencio. Los escritos de los filósofos,
principalmente los de Platón, contienen también datos importantes sobre
el carácter moral y la función social de la música entre los griegos.
Los monumentos figurados, tales como vasos, pinturas, esculturas, etc.
referentes a asuntos musicales, son muy numerosos y sirven principalmente
para el estudio de los instrumentos y de la danza.
Leyendas
mitológicas sobre la música
Entre las varias leyendas mitológicas sobre
la música merecen citarse: la de Orfeo,
de quien se dice que domaba las fieras con su canto y el tañido de su
lira, y cuya fábula ha servido de argumento para muchas óperas importantes
(de Péri, Monteverdi, Gluck, etc.): la leyenda de Anfión,
quien al sonido de su lira hacía mover las piedras que sirvieron para
la construcción de los muros de Tebas; la de Pan,
inventor de la Siringa o Flauta de Pan; la de las Sirenas, cuyo canto
hechizaba a los navegantes, haciéndoles olvidar su patria. En todas
estas leyendas se advierte el carácter mágico que tenía para los antiguos
la música
Instrumentos
El instrumento
nacional griego era la lira, el más importante por ser el instrumento
de Apolo. Se construía con el carapacho de una tortuga y al principio
sólo constaba de cuatro cuerdas. Posteriormente le fueron añadidas otras
3 cuerdas (se dice que por el músico Terpandro) quedando así constituida
la lira heptacorde. A pesar de su importancia nacional era un instrumento
de muy pobre sonoridad. La lira se tocaba con o sin plectro, especie
de uña de hueso o de marfil. La citara, más sonora que la lira, llegó
con el tiempo a adquirir mayor importancia que ésta. Su caja de resonancia
era de madera. Constaba generalmente de ocho cuerdas, que fueron la
que le dieron sus nombres a las ocho notas de la escala griega. El aulos, especie de oboe, era de origen asiático y sólo fue admitido
más tarde, no sin resistencia, simbolizada en la lucha mitológica entre
Apolo y Marsias. Este instrumento de viento era usado principalmente
en las fiestas dedicadas a Dionisos (Baco). Había varias clases de aulos;
unos eran simples, otros dobles (diaulos). Para tocar el aulos doble
se usaba generalmente la phorbeia, aditamento en forma de vendaje que
se aplicaba al rostro a fin de que los carrillos no se deformasen por
el esfuerzo que requería la ejecución del instrumento, y también para
que el auleta pudiera soplarlo con la debida fuerza. Otros instrumentos
griegos eran: La flauta de pan o siringa, fila de tubos de distintos
tamaños; las trompetas, poco usadas y algunos instrumentos de percusión,
tales como crótalos, panderetas, etc., que figuraban en las danzas y
bacanales.
Sistema
musical: escalas y modos
El sistema musical de los griegos comprende tres géneros:
diatónico, cromático y enharmónico.
Genero diatónico.
Es el más antiguo de todos. Su escala fundamental es la escala dórica,
compuesta de dos tetracordes descendentes y disjuntos: MI RE DO SI LA
SOL FA MI. Ambos están compuestos de dos tonos y un semitono. La nota
que ejercía una función preponderante en esta escala era el LA, a la
cual llamaban los griegos mese.
Modos. Partiendo
de cada uno de los grados de la escala diatónica pueden reconstruirse
nuevas escalas, cada una de las cuales corresponde a un modo diferente.
Los siete modos se distinguen los unos de los otros por el lugar que
ocupan los semitonos en las respectivas escalas. Los modos más usuales
eran siete: el dórico (escala de MI); el frigio (escala de RE); el lidio (escala
de DO); el mixolidio (escala de SI); el hipodórico o eólico (escala
de LA); el hipofrigio (escala de SOL); y el hipolidio (escala de FA).
Estos modos tenían su ethos particular, o sea que a cada uno de ellos
se le atribuía un carácter moral determinado, lo cual era muy tomado
en cuenta, sobre todo por los filósofos. El modo nacional por excelencia
era el dórico.
Sistema Perfecto.
Con el tiempo se le agregaron a la escala Dórica dos nuevos tetracordes
conjuntos: uno superior (MI FA SOL LA) y uno inferior (MI RE DO SI),
más una nota complementaria (LA) en la región grave, a la que se denominó
proslambanómenos, que significa “nota añadida”. A este conjunto de 15
notas, cuya extensión abarca dos octavas, se le llamó Sistema Perfecto,
y esta dividido en cuatro regiones, correspondientes a los cuatro tetracordes.
Cada una de estas regiones, así como las siete notas de la escala, tenían
nombres especiales, los cuales eran usados por los teóricos en sus enseñazas.
Es de notar que en este Sistema Perfecto, la mese ocupa el centro de
la escala.
Género Cromático.
Apareció en el Siglo VI antes de Cristo y llegó más tarde a tener mucho
auge. En este género los tetracordes están formados por dos
semitonos y una tercera menor,
así: MI FA FA sostenido LA; SI DO DO sostenido MI. Se le llama cromático
(de kroma, color) a este género, porque servía
para atenuar la monotonía del género diatónico, al que le comunicaba
mayor vivacidad y colorido. Se usaba sobre todo en la citarística, y
durante algún tiempo llegó a suplantar al género diatónico (hasta el
siglo IV a.C.) Nunca llegó a decaer por completo.
Género Enharmónico.
Más reciente que el cromático, fue cultivado principalmente por los
músicos profesionales más refinados. Los teóricos y filósofos le hicieron
siempre la guerra, hasta que fue definitivamente abandonado en el siglo
IV a.C. Los tetracores en el género enharmónico están formados por dos
intervalos de un cuarto de tono y una tercera mayor, así: MI MI ¼ de
tono FA LA; SI SI ¼ de tono DO MI. Fue un género importado de Oriente
y era practicado principalmente por los tocadores de aulos.
Rítmica
La teoría del
ritmo tenía entre los griegos capital importancia y llegó a desarrollarse
considerablemente. Por la íntima función que siempre existió entre el
ritmo poético y el ritmo musical, puede decirse que el estudio de la
rítmica griega pertenece más bien al campo de la literatura. Para medir
el tiempo, tanto en la poesía como en la música, los griegos toman como
unidad el valor de más pequeña duración, al cual se le denomina breve
o tiempo primo, cuyo múltiplo, la larga, equivale a dos breves, la breve se indicaba con este signo: U, equivalente
aproximadamente a una corchea ( ),
y la larga, con este: - , equivalente a una negra ( ).
De la combinación de sílabas breves y largas se obtienen diferentes
ritmos elementales llamados pies, los que equivalen en cierto modo a
los tiempos o figuras rítmicas que llenan los compases de nuestra música
moderna. Los pies llevan diferentes denominaciones según el número y
la combinación de largas y breves de que están formados. Así: el Dáctilo
(-UU) y el Anapesto (UU-) son pies ternarios (por contener tres figuras)
compuestos de cuatro tiempos primos en total: el Tróqueo (-U) y el Yambo
(U-) son bies binarios (por contener dos figuras) compuestos de tres
tiempos primos en total; el Peón, compuestos de cinco tiempos primos,
era de varias clases, etc. La reunión de varios pies forman un metro
y varios metros forman un miembro de frase (kólon); las frases se agrupan en períodos y los períodos en estrofas.
Se llega así a formar conjuntos rítmicos de compleja arquitectura, tales
como los que se encuentran en las obras de los grandes poetas líricos
y en las de los trágicos griegos. Las diferentes clases de ritmos tenían
también su ethos, a semejanza de los modos melódicos.
Notación
musical
Había dos clases de notación: la melódica y la rítmica. La notación
melódica era alfabética y comprendía dos clases de letras o de signos.
Para la notación de la música instrumental se usaban 15 signos diferentes
provenientes de un alfabeto arcaico, tal vez fenicio; para la de la
música vocal se empleaban las 24 letras del alfabeto griego (jónico).
Estas últimas se escribían sobre el texto poético, ya en su posición
normal, ya invertidas, inclinadas, etc., según fuera el sonido o la
alteración que cada letra había de representar. Este sistema de notación
era ingenioso, pero complicado. La notación rítmica empleaba cinco signos
especiales, por medio de los cuales de indicaba, ya la duración de los
sonidos, ya los silencios.
Los
géneros de composición y su desarrollo histórico
Hubo en Grecia numerosos
géneros de composición musical, unos más importantes que otros, los
cuales florecieron en distintas épocas históricas. Los principales de
estos géneros son: 1º la Citarodia; 2º la Aulodia; 3º la Aulética; 4º
la Citarística; 5º los Géneros instrumentales mixtos; 6º el Lirismo coral; 7º el Melodrama y 8º
la Tragedia.
1º Citarodia. Era
el más antiguo y estimado de todos los géneros. Consistía en un solo
vocal; el cantor, compositor y poeta al mismo tiempo, se acompañaba
a sí mismo con la cítara. El repertorio de la citarodia era muy variado;
al principio, comprendía sobre todo fragmentos de la epopeya puestos
en música y precedidos de un proemio (preludio). Más tarde apareció
el nomo citaródico, la más importante de todas las formas de este género,
y cuya invención se le atribuye a Terpandro (siglo VII a.C.). El nomo
citaródico es siempre consagrado
a Apolo y consiste en un gran trozo de concierto muy desarrollado y
dividido en 7 partes. Después de varios siglos de florecimiento, la
citarodia decae para ser suplantada por otros géneros. La lirodia era
una variedad de este género, menos estimada.
2º Aulodia. La
aulodia, lo mismo que el instrumento llamado aulos, era de origen asiático.
Consistía en un solo vocal acompañado por el aulos. Tan sólo el cantante
era tomado en cuenta en los concursos. La aulodia, lo mismo que la citarodia,
tuvo sus nomos. Fue éste, sin embargo, un género criticado a menudo
en los concursos públicos, pues el sonido del aulos era demasiado fuerte
y no dejaba oír bien la voz del cantante. Su primer gran maestro fue
Polimnesto de Colofón (hacia el año 600 a.C.)
3º Aulética. Consistía
en un solo de aulos. Fue el más estimado de todos los géneros instrumentales.
Los más antiguos nomos auléticos, de estilo muy solemne, era atribuidos
a un pastor llamado Olimpos. El repertorio de la aulética era muy variado:
preludios, interludios, aires nupciales, fúnebres o militares, etc.
La pieza más célebre que figuraba en los Juegos Píticos era el nomo
pítico, solo instrumental por medio del cual el auleta pretendía describir
la victoria de Apolo sobre el dragón. Constaba este trozo musical de
5 partes o episodios, uno de los cuales evocaba por medios imitativos
los silbidos del monstruo, por lo que puede considerarse este género
instrumental como el antepasado más remoto de nuestra actual música
descriptiva o de programa. Los auletas Sacadas y Diodoro brillaron particularmente
en este género.
4º Citarística.
Era un solo de cítara, de estilo ornamental, en el que el citarista
demostraba su habilidad de ejecutante. Tuvo poca importancia.
5º Géneros instrumentales
mixtos. Se reducían a simples dúos de aulos y cítara. Fue poco cultivado.
6º Lirismo coral.
En este género brillaron los más grandes artistas de Grecia, y en particular
el poeta Píndaro. Era un género vocal-instrumental que comprendía una
gran variedad de composiciones. Las principales de ésta eran: el Himno,
con el cual se honraba a uno cualquiera de los dioses. Cuando era consagrado
a Apolo, el himno se denominaba peán, y si era consagrado a Dionisos,
ditirambo. Otros himos eran el epinicio, canto triunfal en honor de
los vencedores de los Juegos nacionales; el himeneo, canto nupcial;
el treno, canto fúnebre; el escolio, canto de banquetes, etc. Los principales
poetas-compositores que cultivaron este género fueron Alcman, Estesícoro,
Ibico, Simónides, Baquílides, Safo y Píndaro. Este último trató magistralmente
todas las formas del lirismo coral. De los 17 libros que contenían sus
obras, tan sólo nos han llegado, incompletos, los cuatro de los Epinicios.
Después de Píndaro el Lirismo coral comenzó a decaer en Grecia.
7º Melodrama. Consistía
en la simple declamación de un poema, con acompañamiento de algún instrumento.
Se atribuye al poeta Arquíloco la invención de este género poético-musical.
El melodrama fue poco cultivado; no obstante, se le ve figurar en algunos
conjuntos propios de la tragedia y del ditirambo.
8º Tragedia. Los
orígenes de este importante género se confunden con los del ditirambo,
canto orgiástico en honor de Dionisos (Baco). Originalmente, el ditirambo
consistía en un coro que danzaba alrededor del altar de Dionisos, cantando
a la vez las aventuras del dios, con acompañamiento de aulos. En el
siglo VI a.C., Tespis introdujo en este coro un actor, el que narraba,
sin cantar, o bien representaba algunos rasgos de la leyenda de Dionisos.
El coro dialogaba con este actor, diálogo que se fue dramatizando cada
vez más. A medida que disminuía en importancia el papel del coro, la
acción se intensificaba y adquiría mayor amplitud. De esta manera llegó
a transformarse el ditirambo, originalmente lírico, en tragedia, esto
es, en acción dramática. Posteriormente Esquilo introdujo un segundo
actor y más tarde Sófocles le agregó un actor más. A Eurípides, el último
de los grandes trágicos griegos, se le considera como el más músicos
de todos. En la tragedia intervienen elementos de casi todos los géneros
antedichos: canto individual y colectivo, declamación, acompañamiento
instrumental y danza. El estudio de la tragedia pertenece más bien al
campo de la literatura. A fines del siglo XVI la tragedia griega tuvo
considerable influencia en el nacimiento de la ópera italiana.
Teóricos
y filósofos
Teóricos. El más
célebre de los teóricos musicales de la antigüedad fue Pitágoras (siglo
VI a.C.), el primero en establecer por medio del monocordio las relaciones
numéricas que guardan entre sí los sonidos, con lo que dejó establecida
una teoría matemática de la música. Pitágoras fue además un filósofo
y un místico cuyas profundas enseñanzas derivan tal vez de la antigua
sabiduría egipcia. En la doctrina pitagórica de la armonía de las esferas,
los siete planetas entonces conocidos era puestos en correspondencia
con las siete cuerdas de la lira y las siete notas de la escala natural,
después de Pitágoras, el teórico más importante de Grecia fue Aristógeno
de Tarento (Siglo IV a.C.) quién proclamó que en materia de música le
corresponde al oído el derecho supremo de juzgar, fundando así una teoría
puramente acústica de la música, en abierta oposición a la teoría matemática
de Pitágoras, lo que dio lugar a una polémica secular entre las dos
escuelas antagónicas. En el siglo II a.C., Claudio Tolomeo, célebre
geógrafo y astrónomo trató de conciliar las dos corrientes opuestas,
más sus esfuerzos fueron vanos. Otros teóricos afamados de la música
griega y grecolatina fueron: Euclides, Arístides Quintiliano, Gaudencio,
Alipio y Plutarco.
Filósofos. Todos
los grandes pensadores griegos vieron siempre en la música un factor
muy valioso para la educación moral. Platón decía de la música que era
“el arte de educar por excelencia, el cual insinuándose en el alma por
medio de los sonidos, la forma para la virtud”. Tanto Platón como Aristóteles
se esmeraron en hacer destacar el importante papel que debe desempeñar
la música en la educación del joven ateniense. Se consideraba deshonroso
para un griego no saber música.
Juegos
y concursos
Debido a la severa educación musical del joven griego, la música tomaba
parte importante en los grandes Juegos nacionales, tales como los Olímpicos,
los Píticos, los Nemeos, los Itzmicos y en las grandes Panateneas. En
estas fiestas que se celebran periódicamente en Delfos, como en todas
las solemnidades análogas, sacrificios, procesiones acompañadas de cantos
corales, concursos gimnásticos, poéticos y musicales. “Estos últimos
eran los más importantes de todos, porque Delfos fue en todo tiempo
la capital musical de Grecia, como Olimpo lo era de la atlética”. En
dichos concursos, los poetas y músicos de Atenas “entraban en liza en
la composición de los himnos, de los peanes que ensalzaban la gloria
de Apolo, vencedor de los bárbaros impíos”. “La obra de los laureados
era consignada en mármoles a expensas de su gobierno. Era una especie
de registro musical de premios”. Las grandes tragedias en Esquilo, Sófocles
y Eurípides fueron obras destinadas también a participa en concurso
semejantes.
El arte y la teoría
musical de la antigua Grecia han tenido una profunda influencia sobre
el desarrollo de la música europea hasta nuestros días.
Notas del Editor
Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este
trabajo no están indicadas en los originales.
Al utilizar parte de este material se agradece citar la
siguiente fuente:
Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos.
Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista
Plaza, Caracas, 2004
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