XXXIII
EL RENACIMIENTO DE LA MÚSICA SINFÓNICA EN FRANCIA
Edouard
Lalo
Camille
Saint-Saëns
César
Franck
Su
vida
Su
obra
Características
e influencia de su obra
En
1871, once años después del estreno del Fausto de Gounod, obra con la que se inicia el renacimiento de la ópera en
Francia, se fundó en dicho país la Sociedad Nacional de Música, bajo
la presidencia de Camille Saint-Saëns, a cuya actividad se debió en
gran parte el éxito alcanzado por el movimiento en pro de la música
sinfónica francesa, la cual para esa época se hallaba en gran decadencia.
Junto con Saint-Saëns colaboró en el mismo sentido Edouard Lalo.
Edouard Lalo (1823-1892)
Fue un compositor muy personal, cuya música, generalmente
fina y llena de colorido, ofrece una mezcla de delicada sensibilidad
y de fuerza. Además de su ópera El Rey de Ys, su obra maestra para el teatro, dejó un célebre concierto
para violín y orquesta titulado Sinfonía
española, varias obras sinfónicas, música de cámara (tríos, cuartetos,
etc) y dos ballets, obras todas impregnadas de un delicado romanticismo.
Lalo fue uno de los primeros compositores que cultivaron la música pura
en Francia durante el siglo XIX.
Camille Saint-Saëns (1835-1921)
Se reveló en su infancia tan precoz como lo fuera Mozart.
A la edad de 11 años dio su primer concierto, en el que demostró poseer
excepcionales dotes de pianista. Más tarde llegó a ser también un organista
de primera línea. Como compositor, Saint-Saëns es uno de los más fecundos
que han existido. Su facilidad para componer era tal, que de sí mismo
llegó a decir que componía con la misma naturalidad con que un peral
produce peras. En 1871 fundó, con un grupo de compañeros, la Sociedad
Nacional de Música, de la que fue presidente por algún tiempo. Dicha
sociedad fue la cuna de la nueva escuela; directa o indirectamente,
toda la música de verdadero valor que se ha compuesto posteriormente
en Francia proviene de aquel movimiento renovador. Saint-Saëns compuso
una impresionante cantidad de música perteneciente a todos los géneros.
Entre sus obras más célebres se cuentan: las óperas Sansón
y Dalila” de más fama mundial, Enrique
VIII, Ascanio y otras; los poemas sinfónicos La danza macabra, La rueca de Onfalia, Faetón,
que son de gran colorido y de forma muy acabada; el Oratorio de Navidad; la cantata El
Diluvio; tres Sinfonías una de ellas, la Nº 3 en Do menor, con órgano, que es una obra maestra;
varios conciertos y numerosas obras vocales y de cámara: tríos, quintetos,
etc. Saint-Saëns fue un espíritu clásico, amante de la forma perfecta
y equilibrada, que era para él lo esencial en la música. Por ello mismo,
ésta no estuvo casi nunca al servicio de ninguna idea moral ni de filosofía
alguna. Era partidario de la teoría del arte por el arte. A menudo se
le ha criticado el academismo que mantiene en la forma y cierta frialdad
en la expresión, lo cual se manifiesta en muchas de sus obras, si bien
no en todas. Como exaltado patriota que fue, supo siempre mantener los
derechos de la tradición musical francesa frente a la invasión del arte
extranjero, particularmente de la música germánica.
César Franck (1822-1890)
Su vida
Nació en Lieja (Bélgica) en 1822; murió en París en
1890. A la edad de 15 años, habiendo emigrado a Francia, entró al Conservatorio
de París después de haber iniciado sus estudios musicales en su patria.
Recibió lecciones particulares del compositor y gran pedagogo bohemio
Anton Reicha. En París terminó por radicarse hasta el fin de su vida.
Sus extraordinarias dotes de organista le valieron que fuese nombra
do organista de la iglesia de Santa Clotilde, cargo que desempeñó brillantemente
por largos años. Naturalizado francés, ingresó como profesor de órgano
en el Conservatorio de París. A pesar de no haber llegado nunca a desempeñar
oficialmente la cátedra de composición en dicho instituto, sus consejos
y enseñanzas eran de tal valor, que entorno suyo se agruparon numerosos
alumnos, llegando así a sentar escuela, de la que salieron muchos de
los mejores compositores de la Francia contemporánea. Franck era de
carácter apacible y de una gran bondad. Sus alumnos le llamaban cariñosamente
“El padre Franck”. Vivió siempre pobremente, consagrado por entero a
la composición y al ejercicio del profesorado.
Su obra
Comprende música sinfónica y de cámara, piezas de piano
y de órgano, y dos oratorios. Es sorprendente que casi toda esa música
haya sido compuesta cuando Franck había cumplido los 50 años de edad.
Entre
sus obras sinfónicas más notables se cuentan: los poemas sinfónicos El cazador maldito, Los Djinns y Psyché, éste
último, con coros, es una obra muy fina, de suave colorido y de un elevado
idealismo; la Sinfonía en Re menor,
de vastas proporciones y de una inspiración noble y sostenida, es una
de las mejores sinfonías que se hayan escrito después de las de Beethoven;
y las Variaciones Sinfónicas para piano y orquesta,
admirable por la técnica pianística.
Entre
las obras de cámara merecen citarse: la Sonata
para violín y piano, una de las obras más inspiradas de Franck y
en la que pueden admirarse el arte con que éste trabaja la forma cíclica;
el Quinteto con piano en la menor, y el Cuarteto de cuerdas en Re mayor, cuya forma
verdaderamente arquitectural es de una gran novedad y de estilo muy
elevado.
Las
principales composiciones para piano son: el Preludio, Coral y Fuga y el Preludio,
Aria y Final, obras en las que se advierten la influencia de Bach,
y son además, muy hermosas por la originalidad y perfección de su forma,
así como por la belleza de los temas en ellas desarrollados.
Para
órgano compuso Franck muchas piezas de diferentes estilos, Fantasías, Ofertorios, una Pastoral, una Pieza Heroica, etc. Pero lo más notable
que escribió para este instrumento son sus Tres
Corales, de imponente arquitectura y de espléndida sonoridad.
De
sus dos Oratorios, el titulado Redención es el menos importante; el otro en cambio, Las
Bienaventuranzas, es una obra maestra en la que tradujo Franck lo
más íntimo de sus sentimientos religiosos. Ocupa un lugar eminente entre
los oratorios modernos y es de muy difícil ejecución.
Características e influencia
de su obra
César Franck fue un compositor principalmente místico.
Se le puede considerar como el más digno continuador de la tradición
de Bach, aun cuando en su obra subsiste todavía mucha influencia del
Romanticismo. Por la elevación de su pensamiento y la sólida estructura
que presentan sus grandes obras, de una forma impecable, ha sido comparado
su arte con el de las grandes catedrales góticas de la Edad Media. Como
creador, aportó numerosas innovaciones. Fue Franck, en primer lugar,
quien supo llevar a un alto grado de perfección la forma cíclica en
la estructura de la sonata; forma que consiste en elaborar toda la obra
valiéndose de ciertos temas especiales, muy breves, los cuales reaparecen
con diversas modificaciones en cada una de las partes constitutivas
de la sonata, ejerciendo una función reguladora y unificadora. Este
procedimiento había sido ya empleado por compositores anteriores a Franck
-Liszt, entre otros-, pero ninguno había logrado sacarle tanto provecho
artístico ni desarrollar en forma tan cabal sus posibilidades expresivas
y formales. La armonía de Franck, por otra parte, basada principalmente
en el uso del cromatismo y de la modulación expresiva, es otro importantísimo
elemento de su música, verdaderamente nuevo y personal.
La
influencia de César Franck ha sido grande sobre sus contemporáneos y
sucesores. Puede decirse que él y Debussy son los dos pilares esenciales
del renacimiento musical en Francia. Entre los sostenedores y discípulos
de la escuela Franckista figura Vicent d’Indy, quien fue uno de los
fundadores de la Schola Canforum de París, compositor de
severas normas y sobresaliente pedagogo; Ernest Chausson, Gabriel Pierné,
Emmanuel Chabrier, y muchos otros que se han destacado entre los compositores
franceses de finales del siglo XIX y principios del XX.
Notas del Editor
Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este
trabajo no están indicadas en los originales.
Al utilizar parte de este material se agradece citar la
siguiente fuente:
Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos.
Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista
Plaza, Caracas, 2004 |