XXIII
ROBERT SCHUMANN
Su
vida
Su
obra
Música
instrumental
 Obras
para piano
 Música
de cámara
 Música orquestal
Música
vocal
 Los lieder
 Los oratorios profanos
Caracteres
generales e influencia de lo obra de Schumann
Su vida
Robert Schumann nació en Zwuickau (Sajonia), en 1810;
murió cerca de Bonn en 1856. Su padre era librero, y aunque favoreció
la precoz vocación musical de Robert, quiso destinarlo a la carrera
jurídica. A la edad de 18 años, Schumann ingresó a la Universidad de
Leipzig y comenzó sus estudios de derecho, pero su vocación musical
era cada vez más firme y terminó por abandonar aquellos estudios para
entregarse por completo al piano. Su principal maestro fue Friedrich
Wieck, padre de Clara, la futura esposa de Schumann. Wieck era un excelente
profesor y Schumann habría llegado a ser un gran pianista si un imprudente
experimento hecho con el propósito de obtener más pronto la independencia
de los dedos no le hubiese traído una enfermedad en la mano que le obligó
a abandonar el piano. Esta circunstancia favoreció el que Schumann se
dedicase entonces por completo a la composición. Establecido en Leipzig,
funda en 1834 la Nueva Gaceta
Musical, importante revista destinada a ser órgano del progreso
musical y a combatir el mal gusto de la música italiana reinante y la
de compositores extranjeros de mediocre valor. Fue así corno Schumann
se convirtió en jefe de un partido, no sin que sus críticas mordaces
le crearan enemistades. Durante diez años fue redactor único de esa
gaceta, en la que escribió interesantes artículos sobre Chopin, Berlioz,
Mendelssohn, etc. Fue Schumann quien reveló más tarde la aparición de
Brahms. Después de muchas dificultades, terminó por casarse con Clara
Wieck, pianista notable y que supo cooperar admirablemente a la difusión
de la música de su marido. El amor de Clara le inspiró a Schumann algunas
de sus obras más famosas, entre otras, muchos lieder y piezas para piano.
Poco a poco fue desarrollándose en él el deseo de escribir obras mayores,
las que aparecen a partir de 1841. Después de un corto viaje por Rusia,
se trasladó a Dresde (1844), donde asumió la dirección de la Asociación
Musical de esa ciudad y fundó una Sociedad de Canto Coral. Luego se
trasladó a Düsseldorf, como director de la música municipal. Por desgracia,
una enfermedad mental, cuyos primeros síntomas ya habían aparecido en
1833, cobró cuerpo repentinamente hasta terminar por producirle el total
entorpecimiento de la razón. La verdadera locura estalló en 1854. Un
día se arrojó al Rhin, habiendo sido salvado milagrosamente. Fue entonces
trasladado a un sanatorio cerca de Bonn y allí murió dos años después,
en 1856, víctima de una terrible enajenación mental.
Su obra
Schumann escribió música instrumental, la cual comprende
sus obras para piano, su música de cámara y sus obras orquestales. Y
música vocal, que comprende sus lieder, sus oratorios profanos y su
ópera Genoveva.
Música instrumental.
Obras para piano
Estas son en general más importantes por su calidad
que por su extensión y pueden clasificarse en dos grupos: las obras
de pequeñas proporciones y las grandes obras de forma clásica. Las más
célebres de entre las primeras son: las Escenas
de Niños (Kinderscenen),
de una rara originalidad, en las que el compositor traduce musicalmente,
sin recurrir al empleo de fórmulas descriptivas, la ingenuidad del alma
infantil con sus diferentes matices. Esta miniatura musical comprende
13 números, cada uno de los cuales lleva un sugestivo título; el Álbum
para la Juventud consta de 40 piezas igualmente breves, ingenuas,
espontáneas, llenas de intensa poesía; y el Carnaval,
que es la más popular de sus piezas de piano y una de las más perfectas.
Las Kreislerianas, colección de
piezas llenas de ímpetu y de fantasía. Las Novelletten,
los Intermezzi, las Mariposas, los Davidbündler (Legionarios de David contra los Filisteos), forman también
ricas colecciones de piezas pianísticas de considerable importancia
si se piensa que en ellas Schumann ha puesto lo mejor de su alma de
poeta, empleando una técnica nueva y muy personal que ha influido grandemente
en sus sucesores. Entre las grandes obras para piano, algunas de forma
clásica, figuran en primer término los Estudios
Sinfónicos en los que emplea el procedimiento de la variación beethoveniana;
las Sonatas, en número de
tres, la más célebre de las cuales es la Sonata
en Fa sostenido menor, en cuatro movimientos, plena de hermosas
ideas y desbordante de vida, a pesar de sus grandes proporciones y de
cierto desorden que se nota en el plan general. Por último, la Gran Fantasía, considerada como la obra maestra de la música para
piano de Schumann; es de un carácter apasionado y de una gran originalidad
de forma. Mejor que en cualquier otra, puede apreciarse en esta obra
la calidad del romanticismo de Schumann.
Música de cámara
Schumann escribió varios Tríos y Cuartetos de cuerda,
dos Sonatas para piano y violín
y un Quinteto. De estas obras, las más célebres
son: el Quinteto para piano,
2 violines, viola y violoncelo, obra de gran inspiración y de corte
clásico y el Trío en Re menor sumamente romántico, una de las producciones más característica del
genio de Schumann.
Música orquestal
Comprende: 4 Sinfonías,
algunas Oberturas y algunos Conciertos. En sus Sinfonías, Schumann se muestra inferior pues estas obras parecen más
bien haber sido concebidas para el piano y luego transcritas para orquesta,
de donde resultan ciertas lagunas y deficiencias en la instrumentación.
En cambio, su Concierto en La menor para piano y orquesta
es una obra maestra, de forma cíclica y de vastas proporciones. Sus Oberturas tienen poco importancia, la mejor
de ellas es la de Manfredo.
La música sinfónica de Schumann ha sido por lo general lo más criticado
de su producción.
Música vocal.
Los lieder
Schumann es el legítimo sucesor de Schubert por lo
que respecta al lied. Gracias a él, este género alcanza un grado de
perfección y una delicadeza de sentimiento insospechados. La melodía
schumanniana, menos simétrica que la de Schubert y también más libre,
se adapta admirablemente a las palabras. El acompañamiento de piano
es, asimismo, más importante; el instrumento suele dialogar con la voz,
expresando o evocando el sentido del texto cuando la poesía calla. Si
el lied de Schumann es menos teatral que el de Schubert, tiene en cambio
mayor refinamiento, es más intimo, más concentrado y conciso. En una
palabra, Schumann es más artista, lo cual puede observarse, no sólo
en la fina calidad de sus lieder, sino en el esmero que pone al escoger
las poesías. Sus poetas predilectos son: Heine, Rückert, Chamisso, Byron,
Eichendorff, etc., vale decir, los más típicamente románticos. Los lieder
de Schumann son generalmente sentimentales, aunque también los hay dramáticos
(por Ej. Los dos granaderos).
Algunos forman ciclos o colecciones, tales como los comprendidos bajo
los títulos generales de Los amores
del poeta (Heine) y El amor
de una mujer (Chamisso), que contienen preciosos Heder, acaso los
más célebres de su producción.
Los oratorios profanos
Son tres: El
Paraíso y la Perí, Fausto y Manfred. Estas obras son especies de poemas
sinfónico-vocales que participan a la vez de la música dramática y de
la música épica. El Paraíso y
la Perí es una obra muy melódica y de fina sensibilidad, pero cuya
falta de marcados contrastes la hace un poco monótona. Las escenas tomadas
del Fausto de Goethe es la obra coral más considerable
de Schumann. Tardó nueve años en componerla; consta de una obertura,
muy célebre, y de tres partes, de las cuales la última es la más importante
por su carácter místico. Es en general una música difícil, áspera, llena
de desigualdades, pero que contiene páginas de gran belleza y profundidad.
En Manfred, inspirado por
Byron, Schumann se identifica con el personaje creado por el poeta inglés,
con quien tenía muchos puntos de contacto. Esta obra ha sido escrita
para acompañar la representación teatral del drama byroniano, a manera
de melodrama. Su obertura es también muy célebre y los 15 números que
integran la partitura son de una fantasía eminentemente romántica.
En
cuanto a la ópera Genoveva,
no tuvo éxito y ha sido muy criticada. Schumann no tenía disposiciones
para la música teatral; por ello su única ópera es lo más débil de su
producción.
Caracteres generales e influencia de lo
obra de Schumann
Schumann
puede considerarse como la más alta expresión del Romanticismo musical
en Alemania. Tiene una personalidad inconfundible; a quien más se asemeja,
por su espíritu y por el carácter íntimo de toda su obra es a Chopin.
En su música alternan constantemente los pasajes impetuosos con los
de carácter melancólico. Estos dos aspectos de su personalidad los personifica
el mismo Schumann en las figuras simbólicas de Florestán y Eusebius.
En casi toda la música schumanniana hay una gracia refinada y una riqueza
rítmico-melódico que no es frecuente hallar en las obras de sus contemporáneos.
Sus dos méritos principales son: el haber llevado la música de piano
a una altura extraordinaria, usando este instrumento como un verdadero
poeta; y el haber igualmente llevado el lied a un grado de perfección
suma.
Su
influencia como pianista y como compositor de lieder ha sido enorme,
no sólo por la novedad de su técnica, que es originalísima, sino por
el contenido ideológico y sentimental que encierra siempre su música.
Brahms es uno de los compositores que ha sufrido más directamente su
influencia.
Notas del Editor
Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este
trabajo no están indicadas en los originales.
Al utilizar parte de este material se agradece citar la
siguiente fuente:
Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos.
Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista
Plaza, Caracas, 2004
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