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Historia de la Música

Juan Bautista Plaza

XIV

JOHANN SEBASTIAN BACH

Su vida
Su obra
Música para órgano
Música para clave
Obras para diversos instrumentos
Música de cámara
Música vocal
Las cantatas
Los corales
Las pasiones
Los oratorios
Las misas
Últimas consideraciones

Su vida

Juan Sebastián Bach nació en Eisenach, el 21 de marzo de 1685. Descendía de una familia de músicos tan numerosa que, en sus reuniones anuales, llegaban a sentarse a la mesa hasta cien músicos que llevaban el apellido Bach. Habiendo quedado huérfano a los 10 años, comenzó a estudiar en Ohrdruf, bajo la dirección de su hermano Johann Cristoph, quien era a la sazón organista en aquella ciudad y había sido discípulo de Pachelbel. En 1700 Johann Sebastian ingresó en el Gimnasio de San Miguel, en Lüneburg. En dicha ciudad tuvo ocasión de conocer al organista Georg Böhm, cuya enseñanza le fue muy provechosa. Por esta época realizó Bach largos viajes a pie, llegando hasta las ciudades de Celle y Hamburgo, donde oyó tocar al organista Reinken. En 1703 aceptó el puesto de violinista en la corte de Weimar y pocos meses después pasó a ocupar el cargo de organista en la nueva iglesia de Arnstadt, ciudad donde permaneció hasta 1707. En cierta ocasión, habiendo obtenido permiso para ausentarse de la ciudad por cuatro semanas, emprendió un fatigoso viaje a pie hasta Lübeck con el único fin de asistir a los conciertos que allí daba el célebre organista Buxtehude. En lugar de 4 semanas, permaneció en Lübeck cerca de cuatro meses.

En 1707 pasó Bach a ocupar el puesto de organista de la iglesia de San Blas, en Mülhausen. Allí permaneció un año, durante el cual contrajo matrimonio con su prima María Bárbara Bach, de la que tuvo seis hijos (Wilhem Friedman, Johann Cristoph y Carl Philipp Emanuel, entre otros). De 1708 a 1717 se radicó nuevamente en Weimar, como músico de cámara y organista del Duque Guillermo-Ernesto. De estos años data la mayor parte de la producción organística de Bach. A fines de 1717 abandonó su puesto en Weimar y pasó a desempeñar el cargo de maestro de capilla del Príncipe Leopoldo en Cöthen, en cuya corte se hacía mucha música de cámara. Una desgracia muy seria tuvo Bach en ese tiempo, y fue que en un viaje que hizo dejó a su esposa perfectamente bien y al regreso la encontró muerta. Esto, como es de esperarse, lo afectó mucho. Año y medio quedó viudo, pero en 1721, volvió a casarse con Ana Magdalena Wülken de la que tuvo 14 hijos. Fue esta segunda esposa una admirable compañera del compositor a quién dedicó sus famosos cuadernos para estudiantes de clavicordio (hoy se estudian en piano), titulados Cuadernos de Ana Magdalena. También era ella una magnífica copista de música, y llegó a asimilar tanto la caligrafía de Bach que ambos escritos han sido confundidos muchas veces. Al período de Cöthen pertenece la mayor parte de las obras de Bach para clavecín o para conjuntos instrumentales de cámara. Por último, en 1723, habiendo fallecido Johann Kunhau, obtuvo Bach la sucesión de éste en las funciones de Cantor en la célebre Escuela de Santo Tomás en Leipzig. En dicha ciudad desempeñó también Bach, durante 27 años, los cargos de organista y director de la música en las dos iglesias principales, dedicando, además, gran parte de su tiempo a la composición y a la labor pedagógica. De estos años de Leipzig data casi toda la producción religiosa de Bach. En 1747, tres años antes de su muerte, realizó Bach un viaje a Postdam, donde fue recibido por el Rey Federico II de Prusia. El insigne maestro suscitó la admiración de todos con sus magistrales improvisaciones sobre temas dados por el Rey. A su regreso a Leipzig contrajo una enfermedad en la vista que terminó en la ceguera total. Murió Johann Sebastian Bach el 28 de julio de 1750, a la edad de 65 años.

Su obra

Bach fue un compositor igualmente fecundo en su producción instrumental y vocal. La música instrumental de Bach comprende sus obras para órgano, clavecín u otros instrumentos solistas y su música de cámara para conjuntos instrumentales.

Música para órgano

Como gran organista que era, compuso Bach numerosas obras para órgano, de gran belleza y de suma perfección. En ellas asimila la tradición y toda la técnica de sus predecesores, tanto italianos como alemanes y franceses. Dichas obras pueden clasificarse en dos categorías. A la primera pertenecen las composiciones basadas en los corales luteranos y se hallan reunidas en varias colecciones, pertenecientes casi todas a los años anteriores a la época de Leipzig. En estas obras se traduce la profunda religiosidad de Bach. El lenguaje musical es muy rico y está lleno de intenciones simbólicas, ya que el objeto principal del compositor ha sido el de comentar musicalmente las enseñanzas del dogma luterano. Bach se revela aquí como un maestro consumado en el arte de la variación. Pertenecen a la segunda categoría las obras no basadas en el coral, tales como los grandes Preludios y Fugas, que ocupan el primer rango en la producción organística de Bach y en los que van aunadas la imponente arquitectura del arte alemán a la fantasía italiana; los 8 pequeños Preludios y Fugas, de índole pedagógica; las 6 Sonatas en trío; las Toccatas y Fugas, las Fantasías, las transcripciones de los Conciertos de Vivaldi y la monumental Pasacalle que consta de 20 variaciones y una fuga final. Casi todas estas obras, tan bellas como originales, pertenecen al período anterior a Leipzig.

Música para cIave

Entre las numerosas obras de Bach para clave una de las más importantes es el Clave bien temperado. Consta esta obra de dos series de 24 preludios y fugas cada una, escritos en todas las tonalidades mayores y menores. Aunque fue escrita con fines pedagógicos no por eso deja de ser una de las producciones más hermosas de Bach. Históricamente, su importancia principal estriba en que con ella quedó definitivamente asentado el principio del temperamento igual de la escala, mediante el cual se hace posible ejecutar en los instrumentos de teclado piezas escritas en cualquier tonalidad. Importantísimas son también las 6 Suites francesas, las 6 Suites inglesas y las 6 Partitas (o suites alemanas), obras de difícil ejecución en las que Bach amplifica a menudo la forma tradicional de la suite, creando tipos nuevos de la misma. El carácter de estas composiciones es muy variado, prevaleciendo en todas ellas la espontaneidad y la elegancia característica del maestro. Dignas de mención son también: las 15 Invenciones (a 2 voces) y las 15 Sinfonías (a 3 voces), así como los Pequeños Preludios, obras todas de índole pedagógica; la original Fantasía cromática; las llamadas Variaciones Goldberg, que es un aria seguida de 30 variaciones; el Concierto italiano y las magníficas transcripciones de concierto de Vivaldi y otros autores. Todo este repertorio ha entrado a formar parte fundamental de la moderna enseñanza del piano. Bach, como excelente clavecinista que era, contribuyó a perfeccionar la digitación, generalizando el uso del pulgar y del anular y preconizando la posición curva de los dedos para tocar el instrumento.

Obras para diversos instrumentos

Se cuentan, en primer lugar, las 6 Sonatas (o Partitas) para violín solo, admirable por la riqueza de su sonoridad y la audacia de su técnica. La segunda Partita, en Re, contiene la célebre Chacona. Estas obras, así como las 6 Sonatas para violín y clave obligado, es lo más colosal y completo que se ha escrito para el violín. En estas últimas, el violín no se limita a llevar la parte principal, sino que siempre concierta con el clave. Su estilo es severo y polifónico. Las 6 Sonatas para violoncello, aunque muy importantes también, son menos atrevidas que las de violín. A este repertorio hay que añadir las obras para flauta o para dúos instrumentales entre las que se destaca la Ofrenda musical, para flauta y violín, dedicada a Federico de Prusia.

Música de cámara

A la categoría de Música de Cámara pertenecen los conciertos para uno o varios instrumentos (clave, violín o flauta) y orquesta, que son de muy diversos estilos y de gran originalidad; las 4 Oberturas o suites para pequeño conjunto instrumental y los 6 Conciertos llamados de Brandenburgo (escritos a la manera italiana), cuya variedad y perfección hacen de ellos verdaderas obras maestras del género.

El Arte de la Fuga, por último, concebido probablemente para clave, es una colección de 15 Fugas y de cánones sobre un tema muy sencillo. Bach se muestra en esta obra como un teórico insigne al demostrar todo lo que puede hacerse con un tema dado: fuga simple, doble o triple; fuga con alteración rítmica de tema; fuga invertida o cuyos valores han sido aumentados o disminuidos, etc.

Música vocal

Comprende las cantatas, los corales, Las pasiones, los oratorios y las misas.

Las cantatas

Es en el género de las cantatas donde tal vez puede apreciarse mejor el genio multiforme de Bach, así como su prodigiosa fecundidad. Estas obras, destinadas a ser cantadas en la Iglesia Luterana los domingos y días festivos, son de una gran variedad de formas. El coral, que generalmente abre o cierra la cantata, es un elemento fundamental de su estructura, animando con su espíritu toda la obra. Figuran, además, recitativos, arias, dúos, tríos, coros, etc. y un acompañamiento instrumental o bien trozos instrumentales puros, casi siempre muy polifónicos. Bach compuso 5 ciclos o colecciones de cantatas, correspondientes a las exigencias del culto para todas las festividades del año. Estos 5 ciclos, correspondientes cada uno a un año litúrgico, representa en total unas 300 Cantatas; de ellas se han conservado unas 190. Casi todas pertenecen al período de Leipzig. Una de las más grandiosas es la Nº 4, que lleva por título Cristo estaba encadenado por los lazos de la muerte, la cual fue compuesta en 1724 y está basada en un cántico de Lutero, paráfrasis de un canto religioso medieval. Otras célebres cantatas son: La Nº 80: Nuestro Dios es un refugio seguro; La Nº 140: Despertaos, nos grita la voz, etc.- Bach también compuso algunas Cantatas profanas, siendo las más célebres la de Eolo aplacado”y la llamada Cantata del Café, que es satírica. En todas estas obras se reflejan las tendencias de la época y el ambiente luterano propio de la región donde actuó Bach.

Los corales

Los corales propiamente dichos, son tratados por Bach magistralmente y constituyen el modelo más perfecto y expresivo que se conoce de este género vocal.

Las pasiones

De las cinco pasiones que compuso Bach sólo quedan dos: La Pasión según San Mateo y la Pasión según San Juan. La primera consta de dos partes y comprende numerosos coros, corales, recitativos y arias. Estas últimas, precedidas casi siempre de recitativos en estilo arioso, son de extraordinaria intensidad expresiva. Los coros son dramáticos o contemplativos y la orquesta desempeña un importante papel, siendo generalmente de carácter descriptivo. Comparada con las anteriores Pasiones de Schütz, las de Bach representan un gran progreso, no sólo por la técnica y el estilo, sino también por la profundidad de expresión que encierra. Fue estrenada en Leipzig en 1729. La Pasión según San Juan, aunque perteneciente a la época de Cöten, fue ejecutada por primera vez en Leipzig, en 1723. Son particularmente notables en esta obra los coros dramáticos, en los que las vociferaciones de la turba están pintadas con colores terribles. Los recitativos son muy sobrios y las arias para solistas ofrecen una gran variedad de expresión. Las demás pasiones que compuso Bach se han perdido.

Los oratorios

Los oratorios pertenecen al género de las cantatas. Tales son el Oratorio Pascual, que es en realidad una cantata y el Oratorio de Navidad, que es un conjunto de seis cantatas, en las que abundan trozos de estilo pastoril, o bien pasajes de jubilosa alegría. Otra importante obra vocal de Bach es el Magníficat, con arias, dúos, tríos y coros a cinco voces, de esmerada polifonía.

Las misas

Son cinco: 4 Misas breves, y la gran Misa en Si menor. Esta última es una de las obras maestras de Bach, quien la dedicó a la Capilla católica del Elector de Sajonia. Escrita para coro a cinco voces, dos sopranos, contralto, tenor y bajo, representa esta misa una de las interpretaciones más personales que se conocen del tradicional texto litúrgico. No hay en ella inútiles artificios y su poder expresivo es realmente extraordinario, no obstante el severo contrapunto en que ha sido escrita casi toda la obra. Por su carácter dramático y sus colosales proporciones no puede incluirse esta Misa entre las producciones similares destinadas al culto de la Iglesia católica, ya que no corresponde las exigencias litúrgicas de ésta. Es más bien una obra para ser ejecutada en conciertos religiosos a la manera de los oratorios y, en este sentido, es una de las composiciones más inspiradas y grandiosas que se conocen pertenecientes a dicho género.

Últimas consideraciones

La obra colosal de Bach pasó casi inadvertida de sus contemporáneos. El mundo musical de su tiempo, entregado a las dulzuras de la ópera napolitana, no supo comprender aquel poderoso genio. Fuera de un reducido número de alumnos y de algunos organistas alemanes, puede decirse que Bach no ejerció mayor influencia sobre su época. Raras fueron las obras que logró ver impresas; la mayoría de ellas permaneció manuscrita por muchos años. En 1829, un siglo después de haber sido estrenada la Pasión según San Mateo, Mendelssohn dio a conocer nuevamente esta obra, de la que casi nadie tenía noticias. A partir de esta fecha el nombre de Bach comienza a popularizarse y su obra va adquiriendo cada vez mayor prestigio entre todos los compositores que se han sucedido desde entonces hasta nuestra época. Hoy día su obra ha sido íntegramente editada y ejerce una influencia cada vez mayor en la producción musical contemporánea.

Había en la Iglesia de Santo Tomás un organista muy viejo, que murió por fin en 1723; este organista (Kuhnau) es autor de la famosa sonata bíblica que describe la época de Guillermo; informado Bach solicita ese puesto. Por fin presenta su cantata reglamentaria para poder entrar a trabajar, y fue aceptado y al punto con toda su familia se trasladó a Santo Tomás, al lado de esta Iglesia había un colegio de internos protestantes, en uno de los apartamentos de éste se instaló Bach con toda su familia; en esta ciudad permaneció Bach hasta su muerte.

Las obligaciones eran espantosas en Santo Tomás:

En primer lugar estaba prohibido salir de la ciudad; 2° asistir en el coro, todos los días y encargado de cantar el motete o el coro; 3° Arreglar la música para el oficio de la Iglesia; 4° maestro de escuela de 55 niños internos, daba cinco clases por semana, pero corno era demasiado el trabajo encargó a otro; 5° ensayar los sábados, la cantata de los domingos. Con todo este trabajo ese genio encontraba tiempo para componer mundos de música; el oficio de Santo Tomás era uno de los oficios más originales; a las 7 de la mañana comenzaba la tarea y terminaba a las 11. A veces la asamblea constaba del coro luego la epístola, y el evangelio con la intervención del credo; el organista preludiaba para permitir a los instrumentos que afinasen, entonces empezaba la ejecución de la cantata, que duraba veinte minutos, después cantaban el credo de la semana y luego el sermón que no duraba menos de una hora, etc.

Lo que compuso Bach es algo asombroso, cada domingo acostumbraba estrenar algo nuevo. Con todo eso además de las numerosas cantatas, están su famosa Misa en si menor y sus pasiones etc... Todo esto pertenece a esta época. Uno no se puede explicar como puede haber escrito tanto con tanto trabajo.

La orquesta era muy pobre, tiene que atender a cuatro Iglesias de Leipzig.

El último período de Bach encierra su famoso viaje a Postdam, allí fue él invitado por Federico de Prusia, que era muy aficionado a la música y le gustaba tocar flauta; estaba ensayando una noche una de sus piezas porque parece que le gustaba componer, con sus músicos de corte, cuando en esto llegó la noticia de los pasajeros y entre ellos se encontraba Johann Sebastian, al leerlo lo hace llamar inmediatamente sin que tenga siquiera tiempo de cambiarse la ropa de viaje, y cuando está en su presencia lo hace improvisar dándole un tema improvisando una fuga a seis voces, lo que dejó fríos a todos los que estaban allí presentes siendo felicitadísimo de todos; más tarde hace la Ofrenda musical que se la dedica a Federico, esa obra es una de sus maravillas. Luego regresa a Leipzig, donde empieza a quedar ciego, y donde al poco tiempo muere siendo enterrado en el cementerio de San Juan en 1750.

Entre los hijos que más se destacaron se encuentran:

Wilhelm Friedman
Carl Philipp Emanuel
Johann Cristoph
Johann Christian

 

 

Notas del Editor

Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este trabajo no están indicadas en los originales.

 

Al utilizar parte de este material se agradece citar la siguiente fuente:

Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos. Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista Plaza, Caracas, 2004

 
 
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