Inicio
p
Juan Bautista Plaza

cBiografía
cCronología
cSus familiares
cInfancia/Juventud
cEstudios en Roma
cVida familiar
cVida profesional
cMaestro de capilla
cEl Pedagogo
cConferencias
cPrensa y Radio
cEl musicólogo
cEl compositor
cCatálogo musical

p
Documental

cDocumental

 
 
 
La Fundación
c¿Quienes somos?
cPublicaciones
cNolita de Plaza
cContáctenos

 
Novedades

cPublicaciones
cEventos

p
Enlaces

Historia de la Música

Juan Bautista Plaza

XXXI

JOHANNES BRAHMS

Su vida
Su obra
Música para piano
Música vocal
Música de cámara
Música orquestal
Los Conciertos
Características de la obra de Brahms
Su influencia

Su vida

Johannes Brahms nació en Hamburgo en 1833 y murió en Viena en 1897. De su padre, Johann Jakob Brahms, contrabajista de la orquesta del Teatro Municipal de Hamburgo recibió las primeras nociones musicales desde la edad de 6 años. A los 8 años toma lecciones de piano con Otto Cossel y luego con el maestro de este último, Eduard Marxsen, quien también le enseñó composición. En 1848 Brahms da su primer concierto y en los años que siguen comienza a componer abundantemente. En 1853 entabla relaciones con el violinista húngaro Ede Reményi, quien le hizo conocer las melodías de las danzas de su patria. Juntos viajan por varias ciudades de Alemania. En Hannover conoce al violinista Joseph Joachim, quien lo presentó a Liszt y a Schumann. El entusiasmo de Schumann hacia Brahms fue tan grande que publicó en la Nueva Gaceta Musical un artículo titulado “Nuevos Caminos”, en el cual elogia abiertamente al joven compositor, haciendo a la vez crítica velada a las tendencias opuestas, lo cual suscitó una gran polémica que perjudicó a Brahms. Después de la muerte de Schumann, Brahms continuó sus relaciones amistosas con Clara, la esposa de Schumann.

De 1854 a 1858, Brahms se radicó en la corte del príncipe Detmold. Durante este período ejerció el cargo de profesor de piano y de director de coros y compuso música de cámara y de piano, y luego regresó a Hamburgo. En 1859 estrenó en Leipzig el Concierto para piano en Re menor, más, debido a la poca acogida que obtuvo esta obra, rompió el compromiso que tenía con Agata von Siebold, al ver desvanecerse las perspectivas de una existencia segura y dejó por muchos años de componer obras orquestales. En 1862, atraído por la música húngara, va a Viena, donde se radica definitivamente y se dedica a la composición, no sin actuar, transitoriamente, como director de coros y como concertista de piano. Casi no aceptó cargos oficiales y por un año fue director de la Academia de canto. Fue también, entre los años 1872-1875, director de la Sociedad de Amigos de la Música de Viena. A pesar de las polémicas que suscitó su obra, debido, entre otras razones, a haberse manifestado contrario a la estética de Wagner, su obra terminó por ser acogida con la más amplia aceptación. Fue nombrado Doctor Honorario de las Universidades de Breslaw y de Cambridge. Rodeado de admiración y respeto, murió Brahms en Viena, en 1897.

Su obra

Brahms compuso música para todos los géneros, excepto el operístico.

Música para piano

Empezó y terminó su vida componiendo obras para este instrumento. Muchos aspectos de su estilo y de su técnica derivan de la influencia profunda que sobre él ejerció J.S. Bach. Una de sus características es la poliritmia (superposición de ritmos diversos) y la manera especial de emplear la síncopa. Hay generalmente un gran dinamismo en su música. Fue un maestro de la variación instrumental. En este género dejó obras magníficas, entre las que sobresalen las Variaciones sobre un tema de Paganini, publicadas en dos libros bajo forma de estudios (opus 35). También compuso variaciones sobre temas de Schumann, de Haendel y de Haydn, estas últimas para dos pianos, presentadas luego en una magnífica versión orquestal. Entre las obras de forma clásica dejó escritas tres Sonatas de estructura sinfónica y de gran sonoridad. Las piezas de forma libre consisten en numerosas Baladas, Fantasías, Caprichos, Intermedios, Rapsodias. También compuso una serie de Valses, algunos de ellos (Las “Canciones de amor”) con cuatro partes vocales. Pero lo que más se ha popularizado de la obra pianística de Brahms son tal vez las Danzas Húngaras, reunidas en cuatro libros. Son de citar, por último, los numerosos Ejercicios o Estudios que dejó escritos. Casi todo este repertorio presenta una gran originalidad y ha merecido siempre el beneplácito de los pianistas.

Música vocal

Brahms es el continuador de Schubert y de Schumann en el género del lied. La mayoría de sus canciones son muy líricas y con frecuencia se nota en ellas la influencia de la canción popular alemana. Dejó escritas unas 200 canciones. Algunas de ellas forman ciclos, como las 15 Romanzas de Magelone de Tieck (opus 33), y otras son para dúo y piano. De gran valor son asimismo sus canciones corales, con o sin acompañamiento. En este género figura en primer término el Requiem Alemán, para solistas, coro y orquesta, compuesto en memoria de su madre, obra con la que comenzó la verdadera celebridad de Brahms. Este Requiem no es de índole litúrgico, ya que está escrito en forma muy libre y sobre textos en idioma alemán escogidos por el mismo Brahms. Es una de las obras maestras del compositor. Entre otras composiciones corales importantes son de citar: la cantata Reinaldo, la Canción del Destino y la Canción del Triunfo, donde se celebran las victorias alemanas. Particularmente hermosas son las cuatro Canciones para coro femenino, dos trompas y arpa (opus 17) Todo este repertorio vocal presenta diversidad de estilos; los efectos corales son nuevos y se advierte con frecuencia la influencia de Bach y de Schubert.

Música de cámara

En este género Brahms se muestra particularmente original. Sus numerosas obras de cámara presentan toda clase de combinaciones instrumentales, tratadas con gran maestría en lo que concierne a la fusión de timbres diferentes y a los nuevos efectos que sabe obtener de tales combinaciones. Sus obras principales en este campo son: Para cuerdas con piano: 3 Cuartetos, 3 Tríos, 1 Quinteto; 3 Sonatas de violín, 2 de Violoncello. Cuerdas sin piano; 2 Sextetos, 2 Quintetos, 3 Cuartetos. Muy notables son, asimismo, sus obras de cámara con intervención del clarinete o de la trompa.

Música orquestal

Brahms no abordó la composición de grandes obras sinfónicas hasta después de los 40 años de edad. Su Primera Sinfonía, en Do menor (opus 68) data de 1875 y fue estrenada el año siguiente. Es de contenido romántico y de carácter exaltado. En el último movimiento emplea un tema que presenta cierta semejanza con el de la Alegría, al final de la Novena Sinfonía de Beethoven. La Segunda Sinfonía en Re mayor (opus 73) es de 1877. Contrasta con la primera, pués es de carácter tranquilo y pastoril. Entre los años 1883-1885 compuso las Sinfonías Nº 3 en Fa mayor (opus 90), elegíaca, y la Nº 4 en Mi menor (opus 98). Esta última es muy atrevida y de una compleja elaboración temática. Al final Brahms usa un tema de pasacalle seguido de 30 variaciones magistralmente desarrolladas. Además de las sinfonías son de señalar la Obertura Trágica y la Obertura para un Festival Académico, así como las ya citadas Variaciones sobre un tema de Haydn, que es una de sus obras sinfónicas más inspiradas y mejor instrumentadas.

Los Conciertos

Son dos para Piano, uno para Violín y uno doble para Violín y Violoncello. Brahms, como Schumann, evita en estas obras exhibir la técnica por la técnica o el virtuosismo vacuo. Predomina en ellas el carácter sinfónico que hallamos en el resto de su producción orquestal, producción relativamente escasa si se la compara con la abundancia que presenta su música vocal o de cámara. Brahms se preocupaba más de la perfección técnica y de la forma que del medio o material sonoro elegido para expresar su pensamiento.

Características de la obra de Brahms

Brahms ha sido considerado como el último de los grandes clásicos de la música alemana, a pesar de haber vivido en pleno período romántico y no obstante la influencia que ésta escuela ejerció sobre casi toda su música. Su oposición al grupo llamado de Weimar (encabezado por Liszt) lo mantuvo siempre en una posición reaccionaria, pugnando, junto con Schumann, en favor de las formas clásicas) en contra de la tendencia del Romanticismo hacia la excesiva libertad y la disolución de la forma. Su música sinfónica, como la de Haydn, procede de la música de cámara. Sus desarrollos presentan siempre una gran lógica: “Consecuencia lírica de la idea y no siempre materia de relleno”. A pesar de su clasicismo, Brahms le comunica nueva vida a sus obras por la manera tan personal como las presenta y por el género de modulaciones que emplea, a menudo en forma abrupta y de tonalidades lejanas. Es un maestro consumado de la armonía y su dominio del ritmo es asimismo extraordinario. Por su actitud mental, Brahms es un músico introspectivo, un solitario, un contemplativo, ajeno a todo lo espectacular. Era, además, un autocrítico de sin igual severidad.

Su influencia

Se manifiesta principalmente en Bruckner, Mahler y Reger, que son los principales compositores alemanes que le siguen y que encabezan, con Richard Strauss la moderna Escuela Alemana de finales del siglo XIX y principios del XX.

 

Notas del Editor

Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este trabajo no están indicadas en los originales.

 

Al utilizar parte de este material se agradece citar la siguiente fuente:

Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos. Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista Plaza, Caracas, 2004

 
 
p
Capítulos:
p

h
más detalles

p

e
más detalles

p
   
           

Portal de la Fundación Juan Bautista Plaza
© Copyright 2004-2016, Fundación Juan Bautista Plaza
Concepto y desarrollo: Felipe Sangiorgi

Webmaster: Osvaldo Burgos García