XX
La sinfonía clásica. El minuet
Hemos hablado de la suite. Dijimos que era ésta uno de
los géneros instrumentales que precedieron al establecimiento definitivo
de la sinfonía clásica. Ahora veremos cómo esta sinfonía clásica deriva,
en parte, de la suite. Recordaremos de paso que la suite —palabra que
quiere decir serie en francés— está constituida por un conjunto de aires
de danzas —casi siempre en número de cuatro en la suite clásica—, danzas
de diferentes estilos, unas lentas, majestuosas, otras rápidas y alegres,
las cuales, alternando unas con otras, forman interesantes contrastes
dinámicos y expresivos. En la sinfonía clásica hallamos también una
disposición análoga, pues ésta consta, asimismo, de varios trozos musicales
de distinto carácter, pero sometidos a un plan de conjunto y regidos
por cierta unidad de estilo. Lo que diferencia a la sinfonía de la suite
es que, mientras ésta está constituida únicamente por aires de danzas,
como hemos dicho, la sinfonía, en cambio, admite un solo movimiento
derivado de los aires de danzas —dos cuando más: éstos son el minuet
y, algunas veces, el rondó. Los demás trozos o movimientos de la sinfonía
tienen otro origen; no provienen de los aires de danzas de la suite.
Dichos movimientos son el trozo inicial, que tiene una forma muy particular,
y el cual los músicos suelen denominar “allegro en forma de sonata”,
y el movimiento que sigue a este allegro: un trozo lento, expresivo,
denominado generalmente adagio. Estos dos primeros movimientos de la
sinfonía clásica, esto es, de la sinfonía, tal como la hallamos en tiempos
de Haydn, a mediados y fines del siglo XVIII, provienen de otras formas
anteriores de música instrumental ajenas por completo al estilo profano
y popular de los aires de danzas de la suite. En otra oportunidad hablaremos
especialmente de esas dos primeras partes de la sinfonía, así como del
cuarto movimiento o movimiento final. Hoy vamos a dedicarnos a tratar
únicamente del minuet, o sea, del tercer trozo o movimiento que suele
aparecer en casi todas las sinfonías de la época en que tuvo su mayor
florecimiento. Consideramos que es preferible empezar por el minuet,
por ser éste el trozo musical más accesible a la comprensión de la generalidad
de los oyentes.
El minuet es una danza de origen francés, proveniente de
la región o provincia llamada Poitou. Su introducción en la música instrumental
y su gran auge datan del siglo XVII. La palabra minuet deriva probablemente
del adjetivo francés menu que quiere decir menudo. Los pasos que se
estilan en esta danza son particularmente cortos, breves, menudos: de
allí, pues, el origen del nombre minuet, en francés; minué en castellano,
minuetto en italiano. Bajo el reinado de Luis XIV, en el siglo xvii,
el minuet era la danza favorita en los bailes de la corte. El rey, con
todos sus cortesanos, entre los cuales se contaban a veces danzarines
profesionales, veían en la danza colectiva del minuet la más alta manifestación
de la elegancia aristocrática y de ese refinamiento, seguramente excesivo,
que caracterizaba los modales de aquella sociedad compuesta exclusivamente
de nobles damas y señores. Era, ni más ni menos, la época de las ricas
y lujosas pelucas versallescas, cuya imagen hemos por fuerza de evocar
cada vez que oímos algún minuet de los viejos maestros. La burguesía,
y luego el pueblo, no tardaron en seguir el ejemplo que les venía de
arriba. Y así, el minuet se popularizó y terminó por difundirse en toda
Europa, y llegó incluso hasta nuestra América. A este auge extraordinario
le debe, pues, el minuet, el honor de haber entrado a formar parte de
la sinfonía clásica, lo cual sucedió un siglo después de su éxito inicial
en la corte de Versalles.
Musicalmente, el minuet ha venido sufriendo una serie de
transformaciones muy interesantes. El minuet primitivo era sumamente
breve: constaba apenas de dos partes, de dieciséis compases cada una
y su movimiento era bastante lento. Salvo raras excepciones, no suele
figurar en la suite clásica junto con los demás aires de danzas de que
ésta se compone. Un ejemplo de este tipo de minuet primitivo lo hallamos
en una de las suites de J. S. Bach; es un minuet brevísimo. Podemos
oírlo como ejemplo de este tipo de minuet primitivo.

Johann Sebastian Bach, compositor alemán
(Eisenach, 1685 - Leipzig, 1750)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Minuet de la Suite N° 2 en Si menor, BWV 1067,
de Johann Sebastian Bach.
Debido a la brevedad de estos minuets, pronto se introdujo
la costumbre de componerlos por pares. Se los ejecutaba entonces seguidos
el uno del otro, pero no se concluía con el segundo minuet sino con
la repetición del primero. A fin de buscar un contraste en la ejecución,
se estableció el uso de que el segundo minuet fuera tocado por un pequeño
conjunto compuesto tan sólo de tres instrumentos, esto es, por un trío.
Tal es el origen de esta palabra trío, con la que suele designarse la
parte intermedia que figura en los minuet de todas las sinfonías clásicas.
A esta parte se la sigue llamando trío, aun cuando se haya abandonado
el uso de limitar a tres el número de sus ejecutantes. Se notará que
esta parte central es de un carácter diferente; generalmente es más
suave, más reposada que las dos partes que integran el minuet propiamente
dicho. Así, pues, en definitiva, el minuet de la sinfonía clásica quedó
constituido: por una primera parte, seguida de otra, íntimamente ligada
o relacionada con aquélla; cada una de estas partes se repite, como
también sucede, generalmente, en las partes de los valses. Terminadas
estas dos primeras partes, oímos entonces el trío, que es como un segundo
minuet, pariente cercano del otro y compuesto también de dos partes
casi siempre. Concluido este trío, o segundo minuet, volvemos a oír
el primero, cuyas dos partes se ejecutan, esta vez, sin repetición.
Quizás a algunos pueda parecerle algo prolija esta explicación.
La consideramos, sin embargo, esencial para la buena comprensión de
las ilustraciones musicales que vamos a comentar en breve. Cuando el
oyente conoce de antemano la estructura de la obra que va a escuchar,
aunque sólo sea de manera muy general, es evidente que puede seguir
mejor la música, esto es, apreciar con mayor inteligencia la ilación
y los rasgos característicos de estructura que ofrece dicha obra.
Generalmente suele atribuírsele a Haydn la iniciativa de
haber introducido el minuet en el marco de la sinfonía clásica. Que
ello fuera obra de este gran compositor o de algunos de sus inmediatos
predecesores, lo cierto es que nadie como Haydn, contribuyó con tan
magníficos ejemplos a difundir la ejecución del minuet como parte integral
de la sinfonía. Con ello quedaba abierta la vía para las futuras transformaciones
que habría de sufrir este flexible y elegante movimiento sinfónico.
De estas transformaciones trataremos en otra ocasión. Ahora nos concretaremos
a presentar algunos ejemplos del minuet clásico. El primero de éstos
será un minuet de Haydn: el que figura como tercer trozo o movimiento
de la sinfonía de este autor que lleva el número 99 (Haydn compuso más
de cien sinfonías). Es un minuet majestuoso, un minuet que tiene toda
la elegancia característica del siglo XVIII en sus postrimerías, época
que fue por lo general tan serena y tan pulcra en su expresión artística
como atormentada y revuelta en su filosofía y sus ideales políticos.

Franz Joseph Haydn, compositor austríaco
(Rohrau, 1732 - Viena, 1809)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Minuet de la Sinfonía N° 99, en mi bemol mayor,
de Franz Joseph Haydn.
En la corte, la danza del minuet era, como hemos dicho,
de una gran elegancia. La música de esos primeros minuets, destinados
a una danza de estilo tan ceremonioso era, pues, de un movimiento bastante
moderado. Pero, cuando el minuet penetra en la suite y luego en la sinfonía,
se convierte en un trozo de música instrumental pura, destinado, no
a servir de acompañamiento a la danza, sino únicamente a ser escuchado
como una pieza sinfónica de alta calidad musical. Esto trajo como consecuencia
inmediata la progresiva alteración del movimiento original. Muy moderado
al principio, dicho movimiento se fue haciendo cada vez menos lento,
más vivo, más dinámico. Existe, por eso, una gran variedad de caracteres
en los minuets que han entrado a formar parte de la sinfonía clásica:
los hay lentos, moderados, graciosos, alegres, vigorosos, rápidos, etc.
En la obra de Haydn hallamos modelos acabados de todos estos tipos.
Mozart conserva más o menos inalterable la forma del minuet,
no así su espíritu, que es muy diferente del de Haydn. La suavidad,
la gracia, la ternura son las características predominantes del minuet
mozartiano, mejor dicho, de toda la música de este genio prodigioso.
Ejemplo excelente de estas características es el minuet perteneciente
a la Sinfonía N° 39, en Mi bemol, una de las más bellas y célebres
sinfonías de Mozart. La orquesta aquí está tratada con mayor riqueza
de matices. El movimiento es sensiblemente el mismo que el del minuet
de Haydn, a que me referí anteriormente: es también un minuet elegante,
de tipo moderado, y con su característico trío.

Wolfgang Amadeus Mozart, compositor austríaco
(Salzburgo, 1756 - Viena, 1791)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Minuet de la Sinfonía N° 39, en mi bemol, K.
543, de Wolfgang Amadeus Mozart.
A partir de Beethoven, el minuet se transforma definitivamente
en un aire de danza de movimiento mucho más rápido y de carácter más
alegre y liviano. Hasta el nombre varía: en lugar de minuet, Beethoven
empieza a llamarlo scherzo, palabra italiana que significa juego, y
que implica soltura de movimientos, alegría, retozo.
Del scherzo beethoveniano y de sus transformaciones sucesivas,
hablaremos especialmente en la próxima lección. Ahora nos limitaremos
a dar un ejemplo, tomado de uno de los primeros scherzos de Beethoven,
el cual, en rigor, no viene a ser más que un minuet de movimiento más
rápido. Conserva, en efecto, este scherzo, la forma típica del minuet,
con su trío central, tal como aparece en los ejemplos que hemos comentado
anteriormente. Tan sólo varía su estilo y su espíritu. Como ejemplo
de transición entre el minuet del siglo XVIII y el gran scherzo beethoveniano
de las grandes sinfonías del maestro, el trozo musical que sugiero oír
resulta, pues, particularmente interesante. Es de advertir que dicho
scherzo no pertenece a una sinfonía sino a un cuarteto, el Cuarteto
N° 2, de Beethoven, compuesto a fines del siglo XVIII. Dicho cuarteto
es el cuarteto clásico integrado por dos violines, una viola y un violoncello.
Se trata, por consiguiente, de música de cámara. Ya tendremos ocasión
de hablar especialmente de este interesante género de música.

Ludwig van Beethoven, compositor alemán
(Bonn, 1770 - Viena, 1827)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Scherzo del Cuarteto N° 2, en sol mayor, Opus
18, Nº 2, de Ludwig van Beethoven.
Durante el siglo XIX, el minuet terminó por desaparecer
casi por completo del repertorio sinfónico. En alguna que otra obra
le vemos aparecer esporádicamente, y cuando esto sucede, observamos
que ya no es el mismo minuet de antes, el minuet dieciochesco.
Concluiremos presentando un ejemplo de uno de estos minuets
relativamente modernos: de la segunda mitad del siglo XIX. Es el célebre
minuet que figura en la Suite Arlesiana N° 2, del compositor
francés Georges Bizet: delicada composición de un carácter muy personal.
La sencillez de su estructura y su instrumentación tan clara y transparente
hacen de este minuet una obra sumamente comprensible y agradable de
oír. La melodía inicial de la flauta, acompañada apenas por el arpa,
es de una delicadeza poco común.
Muchos otros comentarios interesantes podríamos agregar,
relativos al minuet y a sus más recientes apariciones en el repertorio
orquestal y pianístico, como lo es el suave minuet que figura en la Pequeña Suite, de Debussy, uno de los ejemplos más originales
que existen de minuet moderno. Será, tal vez, para otra ocasión.

Georges Bizet, compositor francés
(París, 1838 - Bougival, 1875)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Minuet de la Suite Arlesiana N° 2, de Georges
Bizet.
Notas
del Editor
Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este
trabajo no están indicadas en los originales.
Al utilizar parte de este material se agradece citar la
siguiente fuente:
Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos.
Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista
Plaza, Caracas, 2004 |