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El Lenguaje de la Música
(Lecciones populares sobre música)

Juan Bautista Plaza

LI
Música coral religiosa

La música religiosa, verdaderamente pura, ha de ser siempre coral. El coro representa la colectividad, la unión de las almas en actitud de adoración o de plegaria. Por eso los grandes compositores de música sagrada, aquellos que han dejado una obra imperecedera, concibieron siempre el canto litúrgico en forma coral. El canto más antiguo de la Iglesia Católica, el canto gregoriano, es un canto coral, si bien todas las voces cantan al unísono. Este canto tradicional se fue elaborando muy lentamente en la Edad Media, durante varias centurias. Sirvió más tarde de fundamento para el desarrollo de la música polifónica, en la cual las diferentes voces del coro ya no cantan todas al unísono sino que, distribuidas en grupos de sopranos, contraltos, tenores y bajos, tiene cada una de ellas un canto independiente. En el seno de la Iglesia se desarrolló este arte complejo de la polifonía vocal, durante los siglos XIV y XV. Ya para el siglo XVI fue tal el grado de perfección alcanzado, que vemos entonces surgir figuras de la talla de un Palestrina, un Victoria, un Orlando di Lasso, cuyas obras representan lo más puro y elevado que ha producido el arte polifónico. Iniciaremos nuestros comentarios con una de aquellas obras insignes pertenecientes al siglo de oro de la polifonía vocal. Este es el Laudate Dominum de Palestrina, cuyo texto corresponde al Ofertorio del cuarto Domingo de Cuaresma. Su traducción es la siguiente: “Alabad al Señor porque es benigno; cantad himnos a su nombre, porque es suave. Todas cuantas cosas quiso, ha hecho así en el cielo como en la tierra”. Es un trozo de la más pura polifonía. El primer tema: “Laudate”, es vigoroso como un mandato; el segundo, “psallite”, es característico por cierto ritmo de danza que tiene, y el último tema: “Omnia quaequmque”, va a culminar en la sonora explosión: “Así en el cielo como en la tierra”, de un poder expresivo grandioso.


Giovanni Pierluigi da Palestrina, compositor italiano
(Palestrina, 1524 - Roma, 1594)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Laudate Dominum, de Giovanni Pierluigi da Palestrina.

Contemporáneo del genial polifonista romano fue el no menos genial Tomás Luis de Victoria, español, nacido, como Santa Teresa, en la ciudad de Avila, hacia los años de 1540 a 45. Victoria es el maestro supremo de la escuela española. Su estilo, a la vez que severo, es profundamente expresivo y de un misticismo muy sincero y elevado. Por muchos respectos, su música resulta para nosotros más comprensible, por lo general, que la de Palestrina. Oigamos en primer lugar su bellísima Ave María, a cuatro voces mixtas, tan candoroso, tan llena de unción y tan inspirada en todo momento.


Tomás Luis de Victoria, compositor español
(Ávila, 1548 - Madrid, 1611)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Ave María, de Tomás Luis de Victoria.

La otra obra de Victoria que podemos oír ahora es el responsorio O Vos Omnes, que se canta en la tarde del Viernes Santo, en el Oficio de Tinieblas. Pocas veces ha sido expresado el dolor de Cristo con tanta intensidad como en esta página sublime del gran músico abulense. He aquí la traducción del texto: “Oh vosotros, todos los que pasáis por el camino, atended y ved si hay dolor semejante a mi dolor”. Un pequeño versículo dice luego: “Atended, pueblos todos, y ved mi dolor”, y para concluir se repite la frase: “Si hay dolor semejante a mi dolor”.

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
O Vos Omnes, de Tomás Luis de Victoria.

Concluida esta primera etapa en el desarrollo de la música coral de género religioso, las nuevas conquistas de la armonía y también la sensibilidad propia de los nuevos tiempos, le imprimen un carácter diferente a la polifonía vocal. El canto a voces solas, sin acompañamiento instrumental, como el que acabamos de mencionar, tiende a desaparecer casi por completo, y es reemplazado por el coro acompañado con órgano u otros instrumentos. El coral alemán, tal como fue cultivado por Johann Sebastian Bach durante la primera mitad del siglo XVIII, nos ofrece un ejemplo admirable de ese nuevo estilo religioso al que nos referimos. Hallamos aquí un canto más tranquilo, de un carácter más contemplativo, aunque tampoco carece de fuerza dramática en ciertos momentos. El coral que sugerimos escuchar, pertenece a la Pasión según San Juan. Es uno de los más hermosos corales de Bach.


Johann Sebastian Bach, compositor alemán
(Eisenach, 1685 - Leipzig, 1750)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Coral “Ach Herr lass” de la Pasión según San Juan, de Johann Sebastian Bach.

La multitud de efectos que sabía obtener Bach con el empleo del coro y los instrumentos era realmente extraordinaria. En el trozo anteriormente mencionado, el acompañamiento instrumental desempeña un papel modestísimo: se limita a apoyar las voces. Esta es ciertamente la manera más rudimentaria que existe de acompañar un coral con el órgano. Pero no siempre Bach limita así el papel del acompañamiento instrumental. Con frecuencia gusta de poner a dialogar ambos conjuntos, a fin de que se destaque bien el carácter expresivo tan diferente que existe entre las voces y los instrumentos. De esta manera obtiene Bach bellísimos efectos de contraste, como en el caso del coral que recomendamos escuchar en seguida. Hay aquí un instrumento solista —un oboe de tipo antiguo— el cual va cantando una sentida melodía, especie de cantilena que alterna con pasajes corales, de un estilo semejante al del coral anterior. Nótese la extraordinaria unidad de estilo que tiene todo este maravilloso diálogo musical y la exquisita poesía que le comunica al conjunto el timbre peculiar del instrumento solista.[1]


Johann Sebastian Bach, compositor alemán
(Eisenach, 1685 - Leipzig, 1750)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Jesu, Joy of man’s desiring (Jesús, alegría de los hombres), de Johann Sebastian Bach.

La segunda mitad del siglo XVIII, la época de los grandes clásicos Haydn y Mozart, también nos ha dejado algunas obras originales de género coral religioso. En esta época, sin embargo, comienza ya a notarse la influencia de la ópera en la música de Iglesia. Esta se hace cada vez más teatral y lo que gana en efectismo, en brillo exterior, lo pierde en profundidad. Las misas de Haydn, por ejemplo llegan hasta resultar "escandalosamente alegres", como las calificaba Mendelssohn. Mozart, como en toda su obra, supo en cambio mantenerse dentro de un perfecto equilibrio. Su música religiosa revela claramente la influencia del severo estilo de Bach, que tanto estudió Mozart. Su celebérrimo Ave Verum, es una verdadera joya del arte mozartiano. Nada más delicado que el conjunto de esas cuatro voces mixtas, con su tenue acompañamiento de cuarteto de cuerdas. A los amantes de la música intima, de aquella que parece provenir de lo más hondo y puro de nuestro ser, les recomendamos muy especialmente esta emocionada plegaria mozartiana.


Wolfgang Amadeus Mozart, compositor austríaco
(Salzburgo, 1756 - Viena, 1791)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Ave Verum, de Wolfgang Amadeus Mozart.

 

Notas del Editor

Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este trabajo no están indicadas en los originales.

1.- Acorde con la grabación que debió poseer, Plaza hace alusión a un "oboe de tipo antiguo" que toca la melodía instrumental. Este coral es uno de los más populares de Bach y en la actualidad lo interpretan con los más variados instrumentos melódicos. En la grabación que aquí se presenta lo toca un violín. [Regresar]

 

Al utilizar parte de este material se agradece citar la siguiente fuente:

Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos. Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista Plaza, Caracas, 2004

 
 
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