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Música coral religiosa
La música religiosa, verdaderamente pura, ha de ser
siempre coral. El coro representa la colectividad, la unión de
las almas en actitud de adoración o de plegaria. Por eso los
grandes compositores de música sagrada, aquellos que han dejado
una obra imperecedera, concibieron siempre el canto litúrgico
en forma coral. El canto más antiguo de la Iglesia Católica,
el canto gregoriano, es un canto coral, si bien todas las voces cantan
al unísono. Este canto tradicional se fue elaborando muy lentamente
en la Edad Media, durante varias centurias. Sirvió más
tarde de fundamento para el desarrollo de la música polifónica,
en la cual las diferentes voces del coro ya no cantan todas al unísono
sino que, distribuidas en grupos de sopranos, contraltos, tenores y
bajos, tiene cada una de ellas un canto independiente. En el seno de
la Iglesia se desarrolló este arte complejo de la polifonía
vocal, durante los siglos XIV y XV. Ya para el siglo XVI fue tal el
grado de perfección alcanzado, que vemos entonces surgir figuras
de la talla de un Palestrina, un Victoria, un Orlando di Lasso, cuyas
obras representan lo más puro y elevado que ha producido el arte
polifónico. Iniciaremos nuestros comentarios con una de aquellas
obras insignes pertenecientes al siglo de oro de la polifonía
vocal. Este es el Laudate Dominum de Palestrina, cuyo texto corresponde
al Ofertorio del cuarto Domingo de Cuaresma. Su traducción es
la siguiente: Alabad al Señor porque es benigno; cantad
himnos a su nombre, porque es suave. Todas cuantas cosas quiso, ha hecho
así en el cielo como en la tierra. Es un trozo de la más
pura polifonía. El primer tema: Laudate, es vigoroso
como un mandato; el segundo, psallite, es característico
por cierto ritmo de danza que tiene, y el último tema: Omnia
quaequmque, va a culminar en la sonora explosión: Así
en el cielo como en la tierra, de un poder expresivo grandioso.

Giovanni Pierluigi da Palestrina, compositor italiano
(Palestrina, 1524 - Roma, 1594)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Laudate Dominum, de Giovanni Pierluigi
da Palestrina.
Contemporáneo del genial polifonista romano fue el
no menos genial Tomás Luis de Victoria, español, nacido,
como Santa Teresa, en la ciudad de Avila, hacia los años de 1540
a 45. Victoria es el maestro supremo de la escuela española.
Su estilo, a la vez que severo, es profundamente expresivo y de un misticismo
muy sincero y elevado. Por muchos respectos, su música resulta
para nosotros más comprensible, por lo general, que la de Palestrina.
Oigamos en primer lugar su bellísima Ave María,
a cuatro voces mixtas, tan candoroso, tan llena de unción y tan
inspirada en todo momento.

Tomás Luis de Victoria, compositor español
(Ávila, 1548 - Madrid, 1611)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Ave María, de Tomás Luis
de Victoria.
La otra obra de Victoria que podemos oír ahora es
el responsorio O Vos Omnes, que se canta en la tarde del Viernes
Santo, en el Oficio de Tinieblas. Pocas veces ha sido expresado el dolor
de Cristo con tanta intensidad como en esta página sublime del
gran músico abulense. He aquí la traducción del
texto: Oh vosotros, todos los que pasáis por el camino,
atended y ved si hay dolor semejante a mi dolor. Un pequeño
versículo dice luego: Atended, pueblos todos, y ved mi
dolor, y para concluir se repite la frase: Si hay dolor
semejante a mi dolor.
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
O Vos Omnes, de Tomás Luis de Victoria.
Concluida esta primera etapa en el desarrollo de la música
coral de género religioso, las nuevas conquistas de la armonía
y también la sensibilidad propia de los nuevos tiempos, le imprimen
un carácter diferente a la polifonía vocal. El canto a
voces solas, sin acompañamiento instrumental, como el que acabamos
de mencionar, tiende a desaparecer casi por completo, y es reemplazado
por el coro acompañado con órgano u otros instrumentos.
El coral alemán, tal como fue cultivado por Johann Sebastian
Bach durante la primera mitad del siglo XVIII, nos ofrece un ejemplo
admirable de ese nuevo estilo religioso al que nos referimos. Hallamos
aquí un canto más tranquilo, de un carácter más
contemplativo, aunque tampoco carece de fuerza dramática en ciertos
momentos. El coral que sugerimos escuchar, pertenece a la Pasión
según San Juan. Es uno de los más hermosos corales
de Bach.

Johann Sebastian Bach, compositor alemán
(Eisenach, 1685 - Leipzig, 1750)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Coral Ach Herr lass de la Pasión
según San Juan, de Johann Sebastian Bach.
La multitud de efectos que sabía obtener Bach con
el empleo del coro y los instrumentos era realmente extraordinaria.
En el trozo anteriormente mencionado, el acompañamiento instrumental
desempeña un papel modestísimo: se limita a apoyar las
voces. Esta es ciertamente la manera más rudimentaria que existe
de acompañar un coral con el órgano. Pero no siempre Bach
limita así el papel del acompañamiento instrumental. Con
frecuencia gusta de poner a dialogar ambos conjuntos, a fin de que se
destaque bien el carácter expresivo tan diferente que existe
entre las voces y los instrumentos. De esta manera obtiene Bach bellísimos
efectos de contraste, como en el caso del coral que recomendamos escuchar
en seguida. Hay aquí un instrumento solista un oboe de
tipo antiguo el cual va cantando una sentida melodía, especie
de cantilena que alterna con pasajes corales, de un estilo semejante
al del coral anterior. Nótese la extraordinaria unidad de estilo
que tiene todo este maravilloso diálogo musical y la exquisita
poesía que le comunica al conjunto el timbre peculiar del instrumento
solista.[1]

Johann Sebastian Bach, compositor alemán
(Eisenach, 1685 - Leipzig, 1750)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Jesu, Joy of mans desiring (Jesús,
alegría de los hombres), de Johann Sebastian Bach.
La segunda mitad del siglo XVIII, la época de los
grandes clásicos Haydn y Mozart, también nos ha dejado
algunas obras originales de género coral religioso. En esta época,
sin embargo, comienza ya a notarse la influencia de la ópera
en la música de Iglesia. Esta se hace cada vez más teatral
y lo que gana en efectismo, en brillo exterior, lo pierde en profundidad.
Las misas de Haydn, por ejemplo llegan hasta resultar "escandalosamente
alegres", como las calificaba Mendelssohn. Mozart, como en toda
su obra, supo en cambio mantenerse dentro de un perfecto equilibrio.
Su música religiosa revela claramente la influencia del severo
estilo de Bach, que tanto estudió Mozart. Su celebérrimo Ave Verum, es una verdadera joya del arte mozartiano. Nada más
delicado que el conjunto de esas cuatro voces mixtas, con su tenue acompañamiento
de cuarteto de cuerdas. A los amantes de la música intima, de
aquella que parece provenir de lo más hondo y puro de nuestro
ser, les recomendamos muy especialmente esta emocionada plegaria mozartiana.

Wolfgang Amadeus Mozart, compositor austríaco
(Salzburgo, 1756 - Viena, 1791)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Ave Verum, de Wolfgang Amadeus Mozart.
Notas
del Editor
Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este
trabajo no están indicadas en los originales.
1.- Acorde con la grabación que debió
poseer, Plaza hace alusión a un "oboe de tipo antiguo"
que toca la melodía instrumental. Este coral es uno de los más
populares de Bach y en la actualidad lo interpretan con los más
variados instrumentos melódicos. En la grabación que aquí
se presenta lo toca un violín. [Regresar]
Al utilizar parte de este material se agradece citar la
siguiente fuente:
Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos.
Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista
Plaza, Caracas, 2004 |