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El Lenguaje de la Música
(Lecciones populares sobre música)

Juan Bautista Plaza

LII
Música religiosa aleluyática

JurídicLa palabra “alleluia” es de origen hebreo y significa “Alabad al Señor”. Lo mismo que la palabra “Hosanna”, también de origen hebreo, la “alleluia” es una forma de aclamación que ha llegado a tener mucha importancia en la liturgia cristiana. En la religión hebrea era usada sobre todo en la celebración de la Pascua judía. Esta costumbre fue luego adoptada por el cristianismo, sólo que en la nueva religión, la aclamación “alleluia” no es exclusiva de la Pascua de Resurrección, sino que es empleada por la Iglesia durante todo el año litúrgico, excepto en tiempo de Cuaresma.

El canto de la “alleluia” suele ser una melodía de tipo oriental y se caracteriza por sus largas vocalizaciones sobre la última vocal a. Es un canto de júbilo y de alabanza. San Agustín decía que era un canto verdaderamente celestial y que las largas vocalizaciones sobre la letra final de la “alleluia”, debían ser consideradas como una imagen de ese canto sin fin, y de esa infinita alegría que reina en el paraíso. Es lástima que no podamos saber cómo era el canto de la “alleluia” primitiva, tal como se practicaba en las sinagogas hebreas. Los más antiguos cantos aleluyáticos que han llegado hasta nosotros, pertenecen a la era cristiana y provienen de los primeros siglos de la Edad Media.

El canto gregoriano encierra un importante repertorio de melodías de este género aleluyático, algunas de las cuales son muy difíciles de cantar por lo extenso y complicado de sus vocalizaciones.

Siglos más tarde, cuando el arte de la polifonía vocal alcanzó su máximo esplendor, principalmente en Roma, por obra de Palestrina, el estilo primitivo de las “alleluias” se modificó de acuerdo con el gusto de la época. Un ejemplo admirable de este nuevo tipo de “alleluia” polifónica nos lo ofrece la antífona a cinco voces mixtas de Palestrina, que recomendamos oír y cuyo texto se refiere al episodio de la Magdalena ante el Sepulcro vacío de Cristo, después de la Resurrección. Dicho texto, muy sencillo, dice así:

Se han llevado a mi Señor
Y no sé dónde lo han puesto
Si lo has tomado, dímelo
Y yo me lo llevaré.

El trozo comienza con la palabra “alleluia”, aclamación que seguimos escuchando intercalada entre las distintas frases del texto latino, cuya traducción acabamos de dar. Todo ello es como una explosión gozosa y un comentario de la alegría que invade el ánimo al recuerdo de la Resurrección de Cristo.


Giovanni Pierluigi da Palestrina, compositor italiano
(Palestrina, 1524 - Roma, 1594)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Alleluia, tulerunt Dominum, de Giovanni Pierluigi da Palestrina.

La “alleluia”, como decíamos, no es exclusiva del tiempo pascual. Tampoco es exclusiva de la liturgia católica romana. También la Iglesia rusa, que es de origen bizantino, hace uso de la “alleluia” en sus cánticos religiosos, como podemos comprobarlo oyendo otro precioso coro titulado Canto del Querubín, del compositor ruso Glinka. Comparando este ejemplo con el anterior de Palestrina, podemos darnos cuenta muy claramente de la enorme diferencia que existe entre el estilo coral ruso moderno, de efectos tan sencillos y de expresión tan directa, y la clásica polifonía romana del siglo XVI, de líneas severas y de complicada estructura. En el Canto del Querubin, de Glinka, la aclamación “alleluia” aparece únicamente al final de la composición.


Mikhail Glinka, compositor ruso
(Novosposkoie, 1804 - Berlín, 1857)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Canto del Querubín, de Mikhail Glinka.

Los dos ejemplos de “alleluias” que hemos presentado hasta ahora, son de estilo coral. En ellos no hemos podido apreciar aquellas vocalizaciones características de que hablamos hace poco y en las cuales se revela el origen oriental de la “alleluia”. Para hallar estas ricas vocalizaciones, semejantes a las que existen en tantas canciones orientales, es preciso que las busquemos, no en el canto coral, sino en el canto destinado a los solistas. Este tipo de “alleluia” para solistas es quizás el más primitivo de todos. Se comprende que dada la dificultad de su ejecución, dicho canto sea encomendado siempre a un solo cantante y nunca a una masa coral. Una exquisita asimilación de este estilo de melodía florida, propiamente llamada melismática, es la que nos ofrece Mozart en su célebre Alleluia para solo de soprano. Se notará cómo ya en esta obra entramos casi en el terreno del bel canto operístico. El genio de Mozart como metodista se manifiesta brillantemente en esta difícil composición vocal realizada únicamente sobre la palabra “alleluia”.


Wolfgang Amadeus Mozart, compositor austríaco
(Salzburgo, 1756 - Viena, 1791)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
"Alleluia", final del motete Exultate Jubilate, K. 165, de Wolfgang Amadeus Mozart.

Indudablemente la más célebre de todas las Alleluias que existen, es la que figura en el famoso oratorio El Mesías, de Haendel. Por su carácter grandioso haremos al final los comentarios de este trozo musical, después de los de otras dos composiciones que aun cuando no sean propiamente “alleluias”, pueden considerarse como obras inspiradas en el sentimiento de júbilo y de alabanzas aleluyáticas. La primera de éstas es una obra instrumental muy corta: un preludio para órgano de Juan Sebastián Bach. Pertenece este preludio a la categoría de los llamados Preludios de corales. Este que vamos a oír fue compuesto por Bach para ser ejecutado a manera de introducción antes de la ejecución del alegre coral que comienza con las palabras: “Regocijaos, amados cristianos”. Y realmente, es una obra jubilosa, un verdadero canto de aleluya para el órgano.


Johann Sebastian Bach, compositor alemán
(Eisenach, 1685 - Leipzig, 1750)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Preludio del Coral “Nun freut euch, lieben Christen g’mein”, de Johann Sebastian Bach.

El otro trozo musical que podemos oír ahora, es de Haydn, y pertenece a su oratorio La Creación. Las palabras del texto se dirigen a Dios y comienzan diciendo: “Los cielos narran tu gloria”. Es un hermoso cántico de regocijo y de alabanza al Creador. Más que un canto de índole aleluyático es como un formidable hosanna, entonado por el coro y acompañado por la orquesta.


Franz Joseph Haydn, compositor austríaco
(Rohrau, 1732 - Viena, 1809)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
“The Heavens are telling” (Los cielos naran tu gloria), de La Creación, de Franz Joseph Haydn.

Oigamos, por último, la celebérrima “Alleluia” del oratorio El Mesías, de Haendel. Se cuenta que el día en que por primera vez asistió el rey de Inglaterra a la ejecución de este Oratorio, al llegar el momento de cantarse la “Alleluia”, al final de la segunda parte, fue tal la impresión que este canto grandioso produjo en el auditorio, que el rey y todos los asistentes se pusieron de pie. Todavía parece que se conserva la costumbre en Gran Bretaña, de seguir oyendo de pie la “Alleluia” de Haendel, lo cual, en el concepto de uno de sus biógrafos, “es un homenaje tan honroso para el pueblo inglés como digno del inmortal compositor”. [1]


George Friedrich Haendel, compositor alemán
(Halle, 1685 - Londres, 1759)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
“Alleluia” de El Mesías, de George Friedrich Haendel.

 

Notas del Editor

Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este trabajo no están indicadas en los originales.

1.- E. David: Haendel, pág. 274. [Regresar]

 

Al utilizar parte de este material se agradece citar la siguiente fuente:

Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos. Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista Plaza, Caracas, 2004

 
 
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