XXXIV
El estilo personal de los compositores
Cuando hablamos de las fundamentales diferencias que existen
entre los tres estilos de música clásica, romántica
y moderna, tuvimos que limitarnos a presentar en forma muy esquemática
las características propias de cada uno de dichos estilos. Bien
se comprende que el estudio de las distintas épocas de la música,
así como el de los compositores, no es materia que puede ser
agotada en pocos minutos. A medida que nos adentramos en éste
estudio vamos descubriendo la infinita riqueza que ofrece el arte musical
en todas sus manifestaciones. Puede decirse que cada compositor representa
un mundo aparte y cada una de sus obras viene a ser como un nuevo y
fascinador panorama de ese mundo inmaterial de los sonidos. En esta
oportunidad vamos a comprobar cómo, dentro del estilo puramente
romántico, pueden hallarse expresiones musicales muy diferentes
las unas de las otras. Para el efecto, escogeremos cuatro obras de carácter
evocativo, pertenecientes a cuatro compositores diferentes. El primero
de estos compositores será Liszt, el pianista genial del siglo
XIX. El romanticismo de Liszt se traduce en todas sus obras, bajo muy
diferentes modalidades. Cuando leía a poetas como Víctor
Hugo o Lamartine, sentía el impulso irresistible de traducir
en música sus emociones. Por eso su expresión romántica
proviene muy a menudo de la influencia que sobre él ejercía
el ambiente literario que le rodeó. También en sus numerosos
viajes, Liszt no se limitaba a asumir una actitud más o menos
pasiva ante los paisajes o los sitios que le era dado contemplar. Su
imaginación romántica le hacía concebir inmediatamente
alguna traducción musical de todos los aspectos de la naturaleza.
De aquí, que el romanticismo de Liszt se caracterice por ciertos
rasgos absolutamente personales de su temperamento artístico.
Como un ejemplo de este tipo de romanticismo musical, escuchemos la
composición de Liszt que lleva por título: Las fuentes
de agua de la Villa de Este, la cual le fue sugerida durante su
estancia en Tívoli, el bello e histórico pueblecito situado
en las inmediaciones de Roma. El mérito artístico de esta
composición reside en la manera tan íntima y poética
como ha sido evocado aquel privilegiado rincón del mundo.

Franz Liszt, pianista y compositor húngaro
(Odenburg, 1811 - Bayreuth, 1886)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Las fuentes de agua de la Villa de Este,
de Franz Liszt.
Otro insigne pianista y compositor romántico fue,
como todos sabrán, Frédéric Chopin, contemporáneo
y amigo de Liszt. Chopin, a diferencia de Liszt, no busca nunca su inspiración
en motivos externos, sino dentro de su propia alma. Su mundo interior
le ofrecía tal riqueza de emociones que no necesitaba salir fuera
de sí para hallar motivos de inspiración musical. La música
de Chopin es, pues, eminentemente emotiva; a veces llega hasta darnos
la impresión de que hay en ella algo de enfermizo. Esta delicada
sensibilidad, esta íntima poesía y exaltado lirismo se
traduce con caracteres inconfundibles en buena parte de las obras de
Chopin. No hay que creer, sin embargo, que Chopin no sea más
que una especie de músico llorón, con el alma siempre
compungida, tal como muchos se lo imaginan. Nada es tan erróneo
como juzgar de esa manera a un compositor cuya obra pianística
encierra los más variados aspectos que cabe imaginar, desde el
dinamismo arrollador de las polonesas hasta la íntima nostalgia
de los nocturnos. El romanticismo de Chopin, dentro de su perenne intimidad,
se manifiesta con una extraordinaria riqueza de expresiones y matices.
Mas, ya que los nocturnos son acaso la obra más popular y comunicativa
del genial polaco, oigamos uno de los más inspirados que compuso:
el Nocturno en Fa sostenido mayor, op. 15, N° 2, de un romanticismo
tan suave y delicado.

Frédéric Chopin, pianista y compositor polaco
(Varsovia, 1810 - París, 1849)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Nocturno en Fa sostenido mayor, opus 15,
N° 2, de Frédéric Chopin.
Nocturnos ha denominado Chopin sus composiciones de este
tipo. No ha sido él, sin embargo, el creador de este género
de piezas ni el único que las ha cultivado. Ya antes de Chopin,
el compositor inglés John Field había denominado nocturnos
algunas piezas para piano de tipo similar. Posteriormente, muchos otros
compositores han seguido escribiendo nocturnos, todos más o menos
sentimentales, como conviene a esta clase de música impregnada
de nostalgia y de romántica suavidad. Pero y es aquí
donde podemos apreciar las profundas diferencias que separan a unos
compositores románticos de otros calificados igualmente de románticos
la música que un Mendelssohn, por ejemplo, concibe como nocturno,
es algo substancialmente distinto, como podemos comprobarlo oyendo a
continuación el célebre nocturno de este otro contemporáneo
de Chopin y de Liszt, Nocturno para orquesta, que figura
entre los números musicales que compusiera Mendelssohn, destinados
a acompañar la comedia Sueño de una noche de Verano de Shakespeare. El temperamento sereno, equilibrado de este compositor,
así como la educación clásica que desde niño
recibiera, se reflejan constantemente en su música. El autor
de las célebres Romanzas sin palabras gustaba también,
como Liszt, de buscar en la naturaleza cuantos elementos poéticos
hubiera, susceptibles de ser musicalizados. El nocturno que recomiendo
oír está lleno de extrañas sugerencias. La lejana
y misteriosa sonoridad de las trompas nos transporta, como en las óperas
de Weber, hasta el corazón de los legendarios bosques germanos.
Aquí no es el poeta quien se interroga a sí mismo, sino
la naturaleza la que parece hablarnos a través del artista que
atentamente ha sabido escuchar sus voces mágicas. Este nocturno
de Mendelssohn es, pues, más bien de carácter pictórico,
como tantas obras de este otro ilustre representante del romanticismo
musical.

Félix Mendelssohn, compositor alemán
(Hamburgo, 1809 - Leipzig, 1847)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Nocturno de Sueño de una noche de verano,
de Félix Mendelssohn.
Una delicada resonancia de esta clase de música romántica
entre los compositores modernos, podemos hallarla en algunas obras para
piano de la primera época de Debussy, el compositor de quien
tanto se ha hablado a propósito del impresionismo musical. En
efecto, el Claro de luna de este compositor, perteneciente
a la Suite Bergamasque, no otra cosa viene a ser sino un romántico
nocturno, de una poesía y un encanto verdaderamente singulares.
La exquisita musicalidad de Debussy se traduce en esta página
con una pureza y una suavidad de tonos que sólo pueden ser comparadas
con la diafanidad y pureza de una auténtica noche de luna, en
la que todas las cosas, como en éxtasis, parecen fundidas en
una armonía superior. He aquí, pues, otro aspecto de la
expresión romántica en música, muy diferente de
los contemplados anteriormente.

Claude Debussy, compositor francés
(Saint-Germain-En-Laye, 1862 - París, 1918)
Ejemplo musical:
(audio
disponible solo en la versión en CDROM)
Clair de lune (Claro de luna), de
la Suite Bergamasque, de Claude Debussy.
Notas
del Editor
Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este
trabajo no están indicadas en los originales.
Al utilizar parte de este material se agradece citar la
siguiente fuente:
Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos.
Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista
Plaza, Caracas, 2004 |