Inicio
p
Juan Bautista Plaza

cBiografía
cCronología
cSus familiares
cInfancia/Juventud
cEstudios en Roma
cVida familiar
cVida profesional
cMaestro de capilla
cEl Pedagogo
cConferencias
cPrensa y Radio
cEl musicólogo
cEl compositor
cCatálogo musical

p
Documental

cDocumental

 
 
 
La Fundación
c¿Quienes somos?
cPublicaciones
cNolita de Plaza
cContáctenos

 
Novedades

cPublicaciones
cEventos

p
Enlaces

El Lenguaje de la Música
(Lecciones populares sobre música)

Juan Bautista Plaza

XXXIX
Música moderna. Desarrollo del virtuosismo instrumental y coral [1]

Consideremos ahora otros curiosos aspectos que nos ofrece la música moderna. Es natural que a todos nos interese conocer el arte de nuestro tiempo (1940), arte tan extraño a veces, que acaba por parecernos extravagante o incomprensible. Tal vez, a la larga, lograremos familiarizarnos con él, o por lo menos, con el pensamiento de los músicos contemporáneos más serios y representativos.

Las transformaciones que ha sufrido la música entre finales del siglo XIX y las cuatro primeras décadas del XX, son incalculables. No solamente las formas de composición han variado, sino que también el material sonoro se enriquece cada día. Es así cómo una orquesta de hoy, por ejemplo, no suena lo mismo que una de ayer. Los ejecutantes que la integran requieren una preparación mucho más laboriosa y consciente que la que antaño se les exigía. El compositor, cuando instrumenta su obra, se figura a menudo que todos los componentes de la orquesta que tiene a su disposición son ejecutantes más o menos virtuosos, capaces de vencer cuantas dificultades encuentren en la parte que les toca desempeñar dentro del complejo conjunto orquestal. Y la verdad es que hoy día abundan estos ejecutantes de primer orden, sin los cuales sería muy difícil, si no imposible, que llegaran a ejecutarse ciertas obras modernas, realmente difíciles. Cuando meditamos en este aspecto de la música moderna, llegamos a la conclusión de que nunca, como en el siglo XX, se puede apreciar más claramente la mutua influencia que siempre han ejercido los compositores sobre los ejecutantes y éstos sobre aquéllos.

En esta oportunidad queremos presentar algunos ejemplos significativos, por medio de los cuales podrá apreciarse bajo diversas formas y distintas modalidades, este aspecto virtuosístico que ofrecen algunas interesantes obras modernas.

El primero de estos ejemplos será una pieza para piano, de fines del siglo XIX. Es una fantasía oriental del compositor ruso Balakirev, y se titula Islamey. Si recordamos la prodigiosa técnica pianística que llegó a alcanzar Liszt, nos parecerá imposible que aquel deslumbrante virtuosismo pudiera ser superado algún día. Pues bien, los pianistas declaran que las dificultades que encierra Islamey, de Balakirev, son aún más grandes que las que ofrecen las piezas difíciles de Liszt. ¿Con qué objeto, nos preguntaremos, ha introducido el compositor ruso esas grandes dificultades en dicha obra? ¿Era realmente necesario que las hubiese? Seguramente que si, pues de lo contrario no lograría Balakirev, en ciertos pasajes de esta composición, la tumultuosa y a la vez brillantísima sonoridad que él exige para poder llegar a darle a su pensamiento musical el colorido y la riqueza de matices que requiere. Colorido completamente oriental, de ese orientalismo semibárbaro que traducen también las célebres danzas polovesianas de la ópera El Príncipe Igor, de Borodin, compositor perteneciente al mismo grupo y a la misma escuela de Balakirev. Tan exuberante fantasía creadora requiere, pues, también exuberantes medios de expresión. [2]


Mily Balakirev, compositor ruso
(Nijni Novgorod, 1837 - San Petersburgo, 1910)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Islamey, de Mily Balakirev.

A veces es una intención muy distinta, por ejemplo, un propósito puramente humorístico, lo que lleva al compositor a tomar muy poco en cuenta los trabajos que pasa el ejecutante que ha decidido ser su intérprete. El humorismo ha sido un tema predilecto de muchos compositores modernos. Y el virtuosismo, naturalmente, halla también aquí un estupendo campo de acción. Cualquier instrumento puede servir con mayor o menor éxito para expresar ideas musicales de intención humorística. A veces, sin embargo, como en el caso del ejemplo que vamos a presentar en breve, el instrumento elegido por el compositor es por naturaleza lírico, grave, circunspecto. Tal es, entre otros instrumentos, el violoncelo, poco amigo de hacer muecas y gestos contorsionados. Con todo, es al violoncelo a quien le ha encomendado Andrè Caplet, compositor francés, la misión de describirnos la Danza de los negritos. He aquí, pues, en esta grotesca y divertida danza, otra manera, por cierto modernísima y muy original, de emplear el virtuosismo instrumental con una finalidad muy especial. Se puede apreciar el partido que le saca el compositor a los registros agudos del violoncelo, deliberadamente usados en forma áspera y hasta desagradable. De esto último no hay que alarmarse: la música moderna se permite a veces ser desagradable... Pero, esta Danza de los negritos, de Caplet, tocada en violoncelo y piano, es algo muy simpático.


André Caplet, compositor y director de orquesta francés
(El Havre, 1879 - París, 1925)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Danse des petits nègres (Danza de los negritos), de André Caplet.

Las dos ilustraciones musicales que hemos comentado hasta ahora se concretan a poner de manifiesto los aspectos de lo que podemos llamar el virtuosismo moderno en las obras destinadas a ser ejecutadas por solistas. Los dos ejemplos que siguen nos harán conocer los cambios que, en el orden de la dificultad de ejecución, se han realizado en la música coral y en la música para orquesta. Por lo que se refiere al conjunto vocal, esto es, al coro, no puede negarse que el compositor moderno lo ha tratado también con mucho atrevimiento y libertad. Ciertos extraños efectos, desconocidos antaño, provienen sobre todo del empleo de la armonía disonante en este género de música que es, por tradición y también por las condiciones mismas del órgano vocal, el que reclama una armonía más sencilla, natural y consonante. Nada es tan difícil, por ello, como componer algo verdaderamente nuevo, original, para coro a voces solas. Con todo, Debussy, en sus pequeñas canciones corales sobre añejas poesías de Charles d’ Orleans, nos da la impresión de haber realizado un tour de force al escribir para el coro una música de estilo completamente nuevo, pues está basada en la armonía moderna, tan libre y llena de disonancias. Una canción como la que sugiero escuchar requiere mucha conciencia y una gran preparación por parte del conjunto vocal que ha de interpretarla. Dicha canción se titula: Iver, vous n’êtes qu’un vilain (Iver, no eres sino un villano). Termina en forma muy ocurrente y original, con todo el coro vociferando, indignado: “Iver, Iver, Iver, no eres sino un villano”. Es algo realmente nuevo y de muy buen efecto.


Claude Debussy, compositor francés
(Saint-Germain-En-Laye, 1862 - París, 1918)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Iver, vous n’êtes qu’un vilain. Debussy.

Digamos ahora algunas palabras sobre el progresivo enriquecimiento y la creciente complicación que ha sufrido la orquesta en estos últimos tiempos. Con Richard Wagner comienza a ampliarse la sonoridad orquestal de una manera prodigiosa. No sólo aumenta el número de instrumentos que integran el conjunto orquestal, sino que introduce nuevos instrumentos de metal, tales como las tubas y las grandes y profundas bastubas. Un ejemplo muy hermoso de esta brillante sonoridad de la orquesta wagneriana pudimos apreciarlo cuando oímos la “Cabalgata de las Valquirias”. Posteriormente, siguiendo las huellas de Wagner, cabe mencionar las maravillosas orquestaciones de Richard Strauss en sus óperas y poemas sinfónicos. Este gran maestro puede considerarse como un verdadero mago de la orquesta. La moderna escuela francesa, con Debussy y Ravel a la cabeza, ha aportado también curiosas innovaciones en el arte de la orquestación. Pero el músico contemporáneo que más se destaca, tal vez, en este difícil arte es Igor Stravinsky. El profundo conocimiento que tiene este autor de los timbres instrumentales se pone de manifiesto a través de toda su vasta producción. En sus primeras obras, Stravinsky, siguiendo el ejemplo de su maestro Rimsky-Korsakov, instrumenta sus obras para grandes orquestas. Llega entonces a obtener sonoridades potentísimas brillantes, de un colorido muy rico. Posteriormente, Stravinsky ha venido depurando cada vez más su técnica y en sus obras más recientes muestra predilección por los pequeños conjuntos en los cuales los timbres instrumentales, combinados caprichosamente, se amalgaman de la manera más original y extraña. Como ilustración que sugerimos oír hemos escogido una de las composiciones más antiguas de este genial compositor ruso-francés: la impresión para orquesta titulada Fuegos artificiales. Es, como decimos, una de sus primeras obras, data de 1908. En esta partitura se nota todavía la influencia de Rimsky-Korsakov, pero ya se advierte en ella la maestría de Stravinsky como orquestador. En El Pájaro de fuego, Petrouchka o La consagración de la primavera, que fueron las obras de este compositor que siguieron inmediatamente a la que acabo de mencionar, hay desde luego, mucha mayor originalidad. Estas obras son de un valor estético muy superior. Nos limitamos, sin embargo, a comentar los Fuegos artificiales por ser una partitura corta en la cual podemos apreciar bastante bien ese curioso aspecto del virtuosismo orquestal, al que hemos hecho referencia.


Igor Stravinsky, compositor ruso
(Oranienhaum, 1882 - Nueva York 1971)

Ejemplo musical:
(audio disponible solo en la versión en CDROM)
Fuegos artificiales, de Igor Stravinsky.

 

Notas del Editor

Las fuentes de las diferentes citas que aparecen en este trabajo no están indicadas en los originales.

1.- Debe tomarse en cuenta que Plaza redactó este texto en 1939-40, por lo que su concepto de música actual, moderna y/o contemporánea se circunscribe a las últimas décadas del siglo XIX y las primeras cuatro del siglo XX. [Regresar]

2.- Plaza sugiere la audición de Islamey en su versión para piano. Aquí se presenta la versión orquestal. [Regresar]

 

Al utilizar parte de este material se agradece citar la siguiente fuente:

Plaza, Juan Bautista: Escritos Completos. Compilador y editor Felipe Sangiorgi. CDROM. Fundación Juan Bautista Plaza, Caracas, 2004

 
 
Capítulos


más detalles


más detalles

   
           

Portal de la Fundación Juan Bautista Plaza
© Copyright 2004-2016, Fundación Juan Bautista Plaza
Concepto y desarrollo: Felipe Sangiorgi

Webmaster: Osvaldo Burgos García